Por Francisco Tijerina Elguezabal
“Sólo la renovación puede mantener, el que se queda parado, se retrasa”
Everhardus Johannes Potgieter
Evidentemente son necesarios, sobre todo en metrópolis como la nuestra, pero en cualquier lugar del mundo los parques públicos terminan siendo un dolor de cabeza para sus gobiernos.
Porque son exitosos y logran su verdadero cometido inicial (aportar un espacio de recreación y esparcimiento) en un principio, pero después dejan de ser novedad y mantenerlos es un sinfín de problemas.
Si a ese espacio le agregas un zoológico el tema se torna sumamente complicado, porque estos espacios requieren además de una alta inversión en mantenimiento, el renovar constantemente sus atracciones para mantener interesados a los públicos.
Hasta los parques de diversiones se modernizan y actualizan de manera constante para seguir siendo atractivos a sus paseantes, pero eso no ocurre con nuestros espacios.
Hoy muchos se preocupan por La Pastora y su zoológico, pero seamos serios, ¿cuántas personas pueden acudir a pasear al día, la semana o el mes?
La Pastora ya ha tenido atracciones mecánicas, pero como con todo, después de la novedad el interés decae, como ha decaído por visitar su zoológico.
Es prioritario el darles no sólo remozamiento, sino reconvertir su imagen y atracciones de tal forma que se vuelvan un atractivo para los paseantes y al pagar una cuota de recuperación al entrar, empezar a crear un círculo virtuoso que permita seguir haciendo inversiones y hacer autosustentables estos espacios.
El mantenimiento, riego, cuidados, personal, reposición de árboles, no son gratuitos. ¿Cuánto cuesta mantener limpia y en buen estado nuestra Macroplaza?
Por el estilo el Parque “Niños Héroes” que comenzó como una novedad para los regiomontanos y con el paso del tiempo ha pasado al olvido y se le han ido incrustando otro tipo de instalaciones para aprovechar el espacio.
Mantener verde y en buenas condiciones el Parque Fundidora es un enorme reto y los ecologistas gritan y se rasgan las vestiduras por los cobros o la renta de espacios para su operación, pero es que resulta imposible mantenerlo con las simples entradas o los pagos de estacionamiento.
Es tiempo se pensar en una reingeniería de nuestros espacios verdes, aportando atracciones o temas que puedan renovar el interés ciudadano para acudir a ellos y de esta forma, repito, provocar que puedan pagar sus gastos y operación, así como nuevas inversiones.