Por José Jaime Ruiz
@ruizjosejaime
Alguien dijo que la esperanza es lo peor del ser humano… porque prolonga la agonía. El gobierno de Rodrigo Medina de la Cruz parecía insuperable, insuperable en su mediocridad, y llegó la esperanza del cambio independiente al acotar al PRIAN en el poder público en Nuevo León. Las expectativas ciudadanas fueron puntualmente despreciadas por Jaime Rodríguez Calderón quien, obvio, incumplió todas y cada una de sus promesas de campaña.
Ya desde 2016 escribí sobre el prematuro derrumbe del Bronco: “El declive del Bronco no sólo es un declive físico, de salud, también es un declive mental y, sobre todo, espiritual. Si, como la canción, hace un año quiso tener más de un millón de amigos que votaran por él, las decenas de miles de sufragantes ya lo condenaron no sólo por la expectativa creada por su candidatura sino por la esperanza de un cambio hacia adelante, no un cambio en reversa. En efecto, hay que oponerse a lo que cambia en mal”.
El declive del Bronco empezó muy temprano, se acentuó con esa tontería, casi guion de El libro vaquero, de buscar la Presidencia de la República. Después del 4 de octubre, dice Jaime, platicará con su caballo, con su gallo. El Bronco es ingenio y figura hasta la sepultura, hasta la sepultura política. Ni ironía ni sarcasmo, Jaime termina su sexenio cabalgando no en Tornado, sino en un patetismo ecuestre.
El lunes se dio, simbólicamente, el cambio de gobierno, la próxima semana se dará la toma de poder. En efecto, el Bronco presentó su inútil videoinforme y Samuel Alejandro García Sepúlveda su propuesta de gobierno ampliado que, tal vez, sea el primer problema jurídico-legislativo que tenga que enfrentar el todavía gobernador electo.
En su edición de este martes, el periódico Milenio refiere: “Fuentes al interior del Congreso local manifestaron que la iniciativa de MC fue planteada de manera errónea, dado que el gobernador en funciones debió presentar el documento y no los diputados locales. Sin embargo, la Secretaría Técnica del Congreso local confirmó que Samuel García presentó la iniciativa, aunque el documento carecía de su firma, al igual que la mitad de los legisladores que son del grupo del alcalde electo de Monterrey, Luis Donaldo Colosio”.
Los beneficios de las negociaciones de Samuel Alejandro con el PRI –hay que enfatizar que MC asume la Comisión de Presupuesto en el Congreso local y que pueden sumar al panista Óscar Flores a su bancada–, pueden diluirse si la presentación de la iniciativa de un gobierno ampliado se convierte en pifia.
El Bronco nos ofreció un gobierno de cambio, pero Nuevo León cambió en reversa. Ahora la tarea de Samuel Alejandro es de reparación, reparar todo lo que Rodrigo Medina y Jaime Rodríguez Calderón hicieron mal.
Adiós, Bronco; hola, Samuel.