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Habemus gobernador nice, YoYo

Por Xavier Araiza

En la pieza fársica que titulé «Los candidatos de Regiolandia», explorando la forma y el contenido del debate previo a las elecciones de junio pasado, el personaje Sam, entonces en la incertidumbre electoral, ha sido investido con el nombramiento y el puesto de gobernador.

Las palabras y las cosas, y las imágenes, hablan de un sexenio de involución en la cultura política y el apuntalamiento de la derecha (sus poderes y sus votos) que propagandearon al candidato naranja hasta lo irrisorio. Lo mismo hicieron hace 6 años con el Bronco «independiente» que llegó a caballo hablando con «la raza» y pretendió borrar, con trucos de magia demagógica, su pasado priista y veneración por Alfonso Martinez Dominguez, auténtico dinosaurio del partido tricolor.

La amnesia no borra el pasado, cosa imposible en la historia, la política y en la biografia de cualquier ciudadano. Las palabras y las cosas quedan, y significan. Siempre hay testigos y los documentos perduran.

El actual fenómeno cultural y político es necesario analizarlo y criticarlo en toda su dimensión para evitar el porvenir de una ilusión de quienes tienen esperanza democrática en un bisoño gobernador producto de la propaganda y la banalidad del espectáculo en los medios tradicionales y en las redes sociales.

La innegable y eficaz propaganda sobre la «vieja política» en boca de un joven candidato nice (al Bronco lo consideraban naco), fue alentada por la oligarquía y ciudadanos de todas las clases sociales, racistas abiertos o de clóset que abundan en Nuevo León.

La lección primera de este fenómeno es que el PRI y el PAN se convirtieron en partidos no confiables para el poder y los intereses del gran capital, sobre todo con la estrepitosa derrota que sufrieron en 2018 y los desfiguros que actualmente hacen en ese Frankenstein político que se llama «Va por México».

En el contexto electoral que hoy abre otra fase, Morena, partido local bastante deforme (imposible la convivencia de militantes auténticos y oportunistas profesionales), en la reciente elección hizo el ridículo con una candidata (Lucita en la pieza teatral) genéticamente priista y marcada por su relación de alumna con el gurú de Nexium, la organización criminal dedicada a explotar mujeres e ingenuos en busca de «liderazgo».

Los otros partidos son casi inexistentes, salvo el comodín Movimiento Ciudadano que pronto, en los debates que vienen en la cámara (empezando con la Reforma Eléctrica) y las alianzas hacia la elección presidencial en 2024, habrá de definirse si batea por el centroderecha o por el centroizquierda, si apoya el cambio de régimen que pretende AMLO o hará bloque con las derechas (la light y la ultra) que ya se preparan para la contienda. Por lo pronto, cada individuo, grupo o partido tendrán que jugar la partida a favor o en contra del proyecto energético nacionalista, eje ideológico-político de la 4T.

Es evidente que ya explotó la burbuja del mundo feliz en que vivían las derechas en la era neoliberal nacional e internacional. La pandemia coronavirus fue el alfiler que pinchó la burbuja ilusoria.

La historia sigue y la liebre de la transformación profunda (tal vez la revolución internacional de nuevo tipo) puede saltar en cualquier coyuntura política. Igual, en un suicidio colectivo, la serpiente del neofascismo puede soltar su veneno antes de morir en su nido.

NOTA. Todo funcionario tiene antecedentes previos a la investidura y el ejercicio del cargo público. En las democracias –con o sin adjetivos– se organizan elecciones entre diversos partidos y ciudadanos/as. Aquí el link de una breve farsa teatral titulada «Los candidatos de Regiolandia».

https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=10159053379744763&id=823964762

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// Xavier Araiza

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Autor: lostubos
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