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Samuel García en las fauces de Alejandro Junco o de la “insatisfacción positiva”

Por José Jaime Ruiz

josejaimeruiz@lostubos.com

@ruizjosejaime

Fueron los mejores sexenios, venían los peores sexenios; era el siglo de la influenza y del “Rodrigel”; era el siglo de la cordura, era el siglo de la sinrazón; era la edad sin FE (Elizondo), era la edad de la credulidad; era la época de la pus, fue época de tinieblas; primavera de la esperanza, invierno del pesimismo; lo teníamos todo, nada teníamos; encaminados al Cielo, derrumbados en Infierno; era, en una palabra, un siglo tan distinto al nuestro que, en opinión de respetables autoridades, sólo en superlativo se puede hablar, tanto para mal como para bien.

–¿No te molesta el ruido, José Jaime –me dice el gobernador.

–Me agrada esa música –atajo.

Rodrigo Medina de la Cruz se estrenaba gobernando en el ala oriente del Palacio de Cantera. No recuerdo la canción a contraviento en ese remoto Festival Santa Lucía. Después, Rodrigo descubriría la privilegiada paz de los campos de golf, inclusive con Enrique Peña Nieto.

El hijo, huérfano con padre, me confía:

–¿Sabes que los de El Norte hablan de la “insatisfacción positiva”?

–No –respondo queriendo resolver el retruécano, casi paradoja.

–Mira, la “insatisfacción positiva” consiste en que El Norte denuncia y el funcionario resuelve. Ellos hacen la nota, yo resuelvo el problema y la medalla es compartida.

–Vale –le digo con satisfacción negativa y reflexionando que “medalla” se usa como pectoral o como apertura del esfínter.

–¿Qué harás? –inquiero.

–Lo sabes, ni los leo.

“Los casinos violan la Ley Antitabaco aún en el Gobierno de Samuel García”, publicó El Norte el 14 de octubre: “En recorridos realizados esta semana por 12 casinos del Área Metropolitana se encontró que en las casas de juego Miravalle Palace, Hollywood Entertainment, Foliatti Mitras, Jubilee, Gran Palacio, Caliente, Paradise, RED, Play City, ¡Viva México! y Revolución hubo gente fumando”, una nota lógica periodísticamente y, por tanto, plausible.

El 15 de octubre Alejandro Junco de la Vega celebra: “Apenas unas 12 horas después del nombramiento del nuevo Subsecretario de Regulación y Fomento Sanitario, encargado de vigilar las normas sanitarias, la Secretaría de Salud estatal implementó cerca de la medianoche de ayer un operativo contra casinos en el que clausuró al menos tres de esos establecimientos.

“Elementos policiacos que acompañaron el operativo señalaron que, entre los motivos para la revisión, estaba el vigilar el cumplimiento de la Ley Antitabaco y los protocolos sanitarios por el Covid-19”.

Así se cumple la insatisfacción positiva.

Alguna vez Benjamín Clariond, exgobernador del estado, me dijo que el verdadero gobernador de Nuevo León era Alejandro Junco de la Vega, dueño del Grupo Reforma y de El Norte. Se equivocaba, su amistad y el “yatismo” lo obnubilaron. Su primo, Fernando Canales Clariond, puso en su verdadero lugar a Junco de la Vega. Siendo gobernador, Fernando condenó que los paquetes impresos del periódico El Norte sirvieran para transportar droga. Ahí empezó la verdadera crítica al medio de Junco de la Vega. José Natividad González Parás, preso de la mesura, prefirió la no confrontación. Medina de la Cruz los ignoró. El Bronco los confrontó.

Príncipe en campaña de un debate inútil y sesgado en el sacrosanto espacio del Palacio de El Norte que se cree que funciona en la Macroplaza como el poder ciudadano, Alejandro Junco de la Vega corona al ingenuo Samuel Alejandro García Sepúlveda.

“La insatisfacción positiva” como nuevo Nuevo León. La agenda pública de Samuel Alejandro es la agenda privada del otro Alejandro. De la mano de El Norte no hay sexenio ciudadano. Pronto lo comprobará el gobernador. A este chamaco le falta barrio, es decir, política. ¿Insatisfacción positiva? Amigos, ¿para qué? Damn it!

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// José Jaime Ruiz

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Autor: lostubos
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