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Samuel, Colosio: enemigos íntimos

Por José Jaime Ruiz

En el estilo personal de gobernar los jóvenes se distancian. Bravucón, desordenado, el gobernador constitucional Samuel Alejandro García Sepúlveda se traduce en “chingonetas”: caricatura de He-Man, ya tiene el poder. Niño pleno, Luis Donaldo Colosio ve más allá de lo evidente. Samuel Alejandro vocifera; Luis Donaldo ahuyenta la voz.

Históricamente hay marcas. Nuevo León no es marca; Monterrey es marca. Nadie habla de reineros; todos, de regios. “Regios wey”, “Avanzada regia”, “Ya no estoy aquí”, “Cindy la Regia”. Nuevo León carece de estilo y estilete. No hay marca Nuevo León, a pesar o en contra de las camisetas samuelinas, que no son samueleoninas, aunque, quizá, leoninas.

En el ejercicio del poder, Samuel Alejandro excede lo inútil. Dice mucho y hace nada. Lo suyo es el exceso verbal. Ladra, no muerde; aúlla, no destroza. Niñito de golf, no da un hoyo en uno. ¿De qué sirve que diga y denuncie si las denuncias no han procedido? Samuel Alejandro no es gobernador porque gobernar desde los medios no es gobernar. O actúa o nada es.

Luis Donaldo Colosio contrasta. Ni ceder ni conceder: actuar. No suspira como Samuel Alejandro: respira. Luis Donaldo, aspira. La rapidez destruye, la paciencia construye. La Presidencia de la República no hace República. A veces la ajenidad no convierte en historia.

Nuevo León no es marca. Monterrey es marca…

De la mediocridad

¿Monterrey es Berlín? No, Monterrey no es Berlín. ¿Alguien conoce a Klaus Wowereit? En Nuevo León, sin duda muy pocos. Bien, Wowereit impulsó desde su alcaldía berlinesa la integración de este y oeste con la perspectiva de lo verde, lo cultural y la economía: “Optó por lo verde porque ésta es la tradición de la ciudad, especialmente la inconformista oeste durante decenios. Ha hecho de la cultura su apuesta básica porque es desde donde es más posible recrear una nueva atmósfera y un estilo de vida común”.

¿Monterrey es Bogotá? No, Monterrey no es Bogotá. ¿Alguien conoció a Antanas Mockus, Enrique Peñalva o Luis Eduardo Garzón? En Nuevo León, sin duda muy pocos. Bien, estos alcaldes cambiaron Bogotá apostándole a la recuperación de los espacios públicos, a la ecología, a la educación y la autogestión: “Se atreve a lo que la mayoría no osa: la autogestión de los ciudadanos en los barrios: ellos son quienes deciden los proyectos de espacios y equipamientos. Deben decidir, consensuar, qué es lo urgente, lo primero. Lo necesario. Optan por plazas, escaleras, jardines, equipamientos… Después vienen las obras mayores: la Alameda, el Porvenir que, con diecisiete kilómetros y con tres franjas para bicis, verde y peatones, une diferentes barrios nucleados por la Biblioteca Pública del Tinal que ‘tendrá’ adjunto un teatro de ópera”.

¿Monterrey es Curitiba? No, Monterrey no es Curitiba. ¿Alguien conoce a Jaime Lerner? En Nuevo León, sin duda muy pocos. Bien, Lerner optó desde hace 30 años por la ecología: “Con una inversión cien veces menor al clásico metro subterráneo, Curitiba inventó los autobuses biarticulados rojos… Los parques, junto con el bus, son otro de los distintivos. En veinte años se ha pasado del 0.5 m2 de área verde por habitante a 50 m2. Muchos de estos parques se han situado en antiguas canteras y zonas industriales con intervenciones mínimas, pero muy pensadas para el uso de la ciudadanía… Hoy Curitiba recicla el 90% de sus residuos, dispone de viejos autobuses como aulas ambulantes y cuenta con la Universidad Libre del Medio Ambiente en el parque Zaninelli”.

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// José Jaime Ruiz

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Autor: lostubos
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