Por Obed Campos
Está bueno que para entender las leyes de cualquier país sea menester tomarse unos años de estudios legales, pero acá en México, le aseguro, que ni con cursos en la Sorbona o en Harvard, le va uno a entender a las leyes nacionales o a la interpretación que de esta realizan las autoridades.
Coloquialmente se dice que lo que no es parejo es chipotudo, y por ahí van las ejecuciones de nuestras reglas sociales, que antes eran ejemplos universales.
Lo digo porque creo que no nada más a mí me dejaron con cara de what, que decidieran “rechazarle la entrada” al país a Rodrigo Granda, ex líder guerrillero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) quien venía muy quitado de la pena a México a participar en un foro organizado por lo que queda del Partido del Trabajo (PT).
Pero lo que me extrañó no fue que lo regresaran a su casa en vuelo privado, ni las ocho horas que lo entretuvieron en el aeropuerto, no. Sobre Rodrigo Granda existe una “circular roja” de Interpol a petición del gobierno del Paraguay, que sirvió de muy poco.
Y es que el angelito supuestamente está relacionado con el rapto y homicidio de la hija del ex presidente paraguayo, Raúl Cubas, ocurrido en 2005.
Un comando de guerrilleros del “Partido Patria Libre”, presuntamente dirigidos a la distancia por Granda, secuestraron a la empresaria Cecilia Mariana Cubas Gusinky, a quien dieron muerte pese a que su familia pagó el rescate… Y ahora, por angas o mangas del gobierno mexicano, Granda está de vuelta en Colombia, que no tiene tratados de extradición con Paraguay.
Ya sabrá usted el enjuague diplomático en el que está metido México por esa decisión.
Pero en otra cara de las mil máscaras de la ley mexicana, ya son cuatro las veces que la justicia federal le niega a Rosario Robles el beneficio de seguir en su domicilio su proceso.
Como si la ex regente de la Ciudad de México fuera un delincuente de alto peligro, el juez de control del Centro de Justicia Penal Federal del Reclusorio Sur, Ganther Alejandro Villar Cevallos, estimó que Robles debe continuar tras las rejas, ya que temen que se dé a la fuga.
Hay que recordar que Robles fue detenida en el 2019 cuando por su voluntad se presentó a celebrar una fase del proceso en su contra.
Caso contrario a la “gracia” de la que ha gozado el ex director de Pemex, Emilio Ricardo Lozoya Austin, quien hasta sale a echarse sus drinks y degustar platillos de comida china en exclusivo restaurante.
Los cargos de los que se acusa a Lozoya Austin se parecen a los que enfrenta Robles, pero ya ve usted que la máxima “para los amigos, justicia y gracia; para los enemigos, la ley a secas” es la que prevalece en este mandato.