Por Francisco Tijerina Elguezabal
“El objetivo de la educación es la virtud y el deseo de convertirse en un buen ciudadano.” // Platón
Dentro de pocas horas el maestro Rogelio Garza Rivera concluirá su periodo al frente de la rectoría de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Han sido seis años fructíferos para nuestra universidad, con crecimiento y desarrollo a pesar de la adversidad de una pandemia que ha obligado al mundo entero a casi detener su paso para enfrentar a un mal desconocido.
Los logros y éxitos alcanzados en materia educativa, de investigación, de extensión universitaria, promoción de la cultura y las artes, así como los merecimientos deportivos, saltan a la vista; en los últimos seis años la UANL ha crecido y se ha desarrollado en todos los órdenes.
Nuestra Máxima Casa de Estudios ha sido, de siempre, un suculento objetivo de las clases políticas y los grupos de poder; lo sé porque tuve el privilegio y el honor de trabajar en ella hace 44 años en diversas escuelas y dependencias y aunque algunos años después renuncié, siempre he tenido la dicha de estar ligado a ella de una u otra manera.
Conozco y sé de las entretelas del poder, de la manera en que los caminos se encuentran y que muchos intentan torcer para conseguir beneficios o intentar manejar la institución, las circunstancias me han colocado lo suficientemente cerca de altos funcionarios de ella o del gobierno para haber sido testigo de muchísimas historias.
Por otra parte reconozco y doy testimonio de la entrañable amistad que me une con el todavía rector desde hace ya muchos años; sin ser íntimos ni frecuentarnos, siempre nos vemos con un enorme gusto, como también nos hemos hablado con la verdad pura y plana, sin ambages ni dobleces.
Como periodista he podido constatar el desarrollo y crecimiento de nuestra querida universidad en los últimos tiempos, su modernización y proyección nacional e internacional, su intensidad y vibrante vida, así como sus problemas.
Los señalamientos y acusaciones hacia la institución y sus directivos de fechas recientes forman parte, como lo señalé anteriormente, de la típica grilla y búsqueda de control con oscuros propósitos de personajes que lejos de pensar en beneficiar a la universidad, anteponen los intereses personales.
Cruzar la ruta de los últimos seis años con una universidad pujante, en calma, con enormes logros en lo académico y que ha sabido sortear con éxito el reto del Covid-19, no ha sido nada sencillo y merece nuestro reconocimiento y respeto.
Por eso hoy señor rector, querido Rogelio, permíteme felicitarte y decirte que con un gran orgullo y satisfacción puedes expresar ante los universitarios y los nuevoleoneses “Misión cumplida”.
¡Enhorabuena!
ftijerin@rtvnews.com