Por Obed Campos
Aquí en Nuevo León, la orden llegó tajante el jueves pasado: el último reducto de vigilancia a cargo de la supuestamente extinta División Caminos de la Policía Federal (mucho antes, Policía Federal de Caminos) pasaría a la historia.
Ya se habían tardado en México en dar la orden, pero al fin, el tramo de la infame Carretera Monterrey-Nuevo Laredo, de Sabinas Hidalgo, para el norte, fue tomado bajo la tutela de la Guardia Nacional.
Conste que le pongo el epítome de infame, por no usar el alarmista infernal. ¿Cuántos desaparecidos y desaparecidas van en ese tramo? Es un misterio, que nuestras autoridades insisten en minimizar.
Hay que apuntar que en Sabinas existe lo que antes era conocido como “Fuerte Táctico”, una pequeña estación de la Federal y la extraña permanencia de los elementos de la PF a cargo de ese tramo, es un misterio.
Es de todo mundo conocido que la Guardia Nacional, bajo el supuesto mando de la ex periodista Rosa Icela Rodríguez, por órdenes de mero arriba, es decir, de Palacio Nacional, con todo y sus tropezones políticos y tácticos, se ha hecho cargo de todas las comandancias y vigilancias carreteras mexicanas, por eso lo califico como extraño.
Los caminos de Jalisco fueron los inmediatamente anteriores a los del norte de Nuevo León en el relevo de mandos y vigilantes. Y aunque no se puede decir que sea seguro transitar por ahí, esa es otra historia, que se va a evaluar en un futuro cercano.
Acá en Nuevo León, como siempre en este tipo de relevos, la incertidumbre es la que impera entre la escasa tropa de ahora ex policías federales que pasaron a la banca del desempleo.
Más porque los ahora ex federales fueron desalojados casi por la fuerza del reducto en Sabinas Hidalgo y nadie les dio ni las gracias por sus años de servicio.
Así que, si ya extrañaba las patrullas blanco y negro que brillaban tanto por su ausencia, habrá que acostumbrarnos a ver en carretera puras unidades blancas.