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Bernardo Reyes: Samuel, Nati, Elizondo

Por José Jaime Ruiz

@ruizjosejaime

“Reyes, pues, ya constituía una pesadilla para los científicos, dados los rumores, siempre desmentidos, de que preparaba su candidatura a mayores escalas. No obstante, Reyes apenas recaló pasajeramente en la Secretaría de Guerra y regresó de inmediato a su puesto en la frontera; después escribió el apartado militar en la obra de Justo Sierra, México y su evolución social, añadiendo a su aureola de mílite y gobernante ejemplar, la de cronista. Ambas famas , desde luego, criticadas por sus malquerientes.

“Hay una curiosa nota de Reyes en un telegrama cifrado dirigido a Porfirio Díaz, en la que apuntaba que un político coahuilense, Elguézebal, ‘en asuntos generales está identificado seguramente con los que se dan el nombre de grupo científico’; dicho comentario aparece en abril de 1895, justo el año que murió Romero Rubio.

“Todo empezó a agitarse por esas fechas, cuando Díaz discurrió, en 1898, que la sucesión no sería Limantour o Reyes, sino Limantour-Reyes, pensando unir bajo su égida a lo mejor de dos mundos opuestos, el del tecnócrata capitalino y aquel del gobernador de una pujante entidad. El propósito presidencial era decidido y, aunque unir dos mundos ajenos podía arrojar lo mejor de ellos, también era cierto que podía resultar una colisión y el peor de los mundos posibles.

“Su combinación (aquí literalmente) maduró en 1898 el día en que Díaz conminó a José Ives Limantour a que visitara a Reyes. Así lo cuenta el mismo Limantour en sus fríos y cándidos apuntes escritos en 1921 (mismos que Cosío Villegas criticó acerbamente, al grado de cuestionarse si ‘no habría sido José Ives Limantour un fraude colosoal?’; su respuesta, con matices, es afirmativa). En dichos apuntes, Limantour cuenta que ‘el general Bernardo Reyes me invitó entonces (cuando visitaba Tampico), para que pasase a Monterrey, en donde yo tendría la ventaja de ver de cerca y apreciar los grandes progresos que se habían efectuado en Nuevo León en muchos ramos de la actividad humana’. Y le dijo con extraña inocencia a Reyes ‘ignoro cómo ha podido llegar a oídos de usted la noticia de mi proyectado viaje (… y que pasaré con gusto por Monterrey a estrecharle la mano’ (24 de diciembre de 1897). La noticia era de Díaz, quien tejía la ‘combinación’.”

Dos mentores tiene Samuel Alejandro García Sepúlveda, ambos se excluyen en esta “combinación”. Los hechos no sólo hablan, construyen. ¿Qué hizo Fernando Elizondo Barragán? ¿Qué hizo por Nuevo León José Natividad González Parás? Fernando, un fraude. Nati, el último gobernador con pretensiones de estadista. Es mejor que Samuel Alejandro imite a Bernardo Reyes (Fundidora, Palacio de Gobierno, Colombia transfronteriza y mucho más) y no a Santiago Vidaurri; aunque también debería de repensar a Raúl Rangel Frías.

(Bernardo Reyes, un liberal porfirista. Biografía. Artemio Benavides Hinojosa. Tusquets, páginas 232 y 233.)

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// José Jaime Ruiz

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Autor: stafflostubos
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