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Por Félix Cortés Camarillo

El proceso de venta de Banamex al mejor postor manda un par de mensajes que los mexicanos no debemos dejar pasar inadvertidos.

El primero y más importante es que la magna operación expresa esencialmente la creciente y acumulada desconfianza del capital extranjero en las instituciones nacionales. En México, vaya. La información no es nueva, pero sistemáticamente ha sido mantenida oculta en los entretelones de la mañanera, ese supuesto ejercicio de “información circular” que afirma decir la verdad, sólo la verdad y toda la verdad.

El martes de esta semana el Banco de México dio a conocer que en el año 2021 salieron de México 257 mil 601 millones de pesos, esto es más o menos doce mil seiscientos treinta millones de dólares; el capital golondrino que voló para no volver en el año 2020 fue de 257 mil 238 millones de pesos. La variación de un año a otro es poca, pero la cifra del año pasado es una cifra récord desde que se lleva registro de esas salidas, en 1992.

Puesto en dólares, ese dinero que emigró es casi igual a la deuda externa que tiene Pemex y que en el momento en que los señores del dinero quieran podrían pasarlo a lo que se llama la deuda soberana: esto es, que lo que debe Pemex se suma a lo que debe México y nuestra capacidad de crédito se desploma.

La tenencia de valores del gobierno de México en manos extranjeras en el 2021 cayó en un 13.6% respecto al año anterior, del 11.9%, número que junto con la pandemia marcaron el desplome histórico del país. Esas son las malas noticias que el presidente López nos oculta.

Lo que lleva a la administración actual a frotarse las manos codiciosamente, es que la operación de compra-venta de Banamex, cuando ocurra, significará un monto superior al de los 40 mil millones de dólares. El presidente López ya ve venir la carretada de dólares por concepto de impuestos.

El problema es que México y los Estados Unidos mantienen un acuerdo que impide la doble tributación. En toda operación que involucre a México y los Estados Unidos, los impuestos que genera se pagan en uno de los dos países, pero no en ambos. Existe el antecedente del año 2001. Precisamente en mayo de ese año Banamex, banco mexicano, fue vendido a Citigroup, consorcio estadunidense, en más de doce mil millones de dólares. Los impuestos no fueron abonados a México.

Este asunto todavía va a dar muchas noticias. Sólo esperemos que la cuarta simulación no se las guarde, como se guardó la noticia de la venta actual de Banamex, de lo cual estaba enterada desde hace seis meses.

PREGUNTA PARA LA MAÑANERA (porque no me dejan entrar sin tapabocas): ¿Alguien duda del reconocimiento del presidente López sobre el alivio que nos ha dado a los mexicanos por generaciones los frotamientos en el pecho con el ungüento a base de alcanfor, eucalipto y mentol que se llama el Vaporub de Vick?

Claro que proporciona alivio a las molestias del resfrío, pero no es el remedio a los males de un virus tan agresivo como el SAR Cov-2. Tampoco los curan las tisanas, infusiones o tesitos de hierbas aromáticas, los chiqueadores en las sienes del enfermo, los parches de papel de estraza embarradas del sebo derretido de una vela o cualquiera de los recursos que sugiere la sabia medicina tradicional de nuestros ancestros.

Me inclino más por la recomendación de Andrés Manuel sobre la necesidad que todos tenemos de caricias de una mano amiga, amante. No cura nada, pero ayuda a bien morir.

‎felixcortescama@gmail.com

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// Félix Cortés Camarillo

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Autor: stafflostubos
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