En su columna Disensos, José Jaime Ruiz apunta:
«La lógica de Mariana es superficial y perversa. Para visibilizar un problema no puede cometerse un «delito» legal (o moral). Nadie se convierte, y esto es un ejemplo extremo, en homicida para visibilizar que existe inseguridad. La lógica de Mariana cae no por su propio peso, sino por su propia ligereza.»