Por Obed Campos
El dinero no es problema… cuando no se tiene…
La cultura, tampoco
// El Jilguerillo de Atongo
En marzo de 2019 hice público, más con enfado que con otro sentimiento, que había sido víctima dos veces de intento de extorsión.
De acuerdo a mis investigaciones y a la asesoría de otros compañeros en mi misma situación, llegamos a la conclusión de que una fuga de información de las listas de proveedores del Gobierno de Nuevo León, fue la fuente más probable de la que los malandros echaron mano.
Mi caso no fue el único y peor: muchos colegas periodistas, dedicados a la venta de espacios publicitarios a los gobiernos, cayeron en la trampa de esos terroristas y depositaron onerosas cantidades.
Viene a mi memoria este negro evento, por la imbecilidad que no ingenuidad de mucha gente que defiende la ocurrencia de un presidente López Obrador, hablando por la herida, quien exige que los periodistas hagan públicos sus ingresos., porque, según él, se trata de un tema ético.
De paso López, el macuspano subrayó que “ayudaría mucho” que los periodistas también hicieran públicos los bienes que poseen…
Yo jalo, señor López, y ya que vamos a romper el sigilo, solo le pongo una pequeña condición: que usted, sus hijos, sus hermanos, hermanas, cuñados y cuñadas presuman los bienes y la lana que tenían cuando usted asumió la Presidencia… Y cuál es su fortuna actual, aquí en México y en extrangia… Más públicos no pueden ser.
Por cierto, dicho sea de paso, ni la burla perdona José Ramón López Beltrán, el hijo cómodo del señor presidente, quien alega ser abogado ejerciendo en Texas, Estados Unidos, pero no acredita la licencia para ejercer como jurista en esas tierras.
La periodista Azucena Uresti reveló que se buscó el nombre de José Ramón en la lista de la Barra de Abogados texana y no se dio con su nombre… De paso la comunicadora señaló que acá en México, el hijo del presidente no ha cotizado ni una sola semana ante el Seguro Social, o sea que trabajar, lo que se dice trabajar…
Ahora que, decir mentiras tiene su chiste: en el estado de Texas hasta los peluqueros requieren obtener una licencia, así como los jardineros y otros… No se diga de los abogados.
GOBERNAR PARA LOS LIKES
Hablando de simuladores por profesión, dos brochazos para los “likes” y la pareja sensación, Samuel “Mattel” García y su esposa Mariana, posaron muy orondos para las fotos, haciendo como que sudaban la gota gorda para pintar una escuela en una colonia popular de Monterrey.
El periodista Víctor Badillo, siempre puntual, anotó: “Tan pronto apagaron las cámaras que los grababan con brocha y rodillo, se terminó la SIMULACIÓN. Fue entonces que Samuel y Mariana huyeron de la Colonia popular de Monterrey… Y La escuela, volvió a quedar como siempre estuvo, fea y abandonada…”
Y advierte el periodista: “Cuando nosotros mismos construimos un gobierno para los likes, no tenemos calidad moral para quejarnos si nuestros niños estudian entre ruinas…”