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Po Francisco Tijerina Elguezabal

“Un político divide a las personas en dos grupos: en primer lugar, instrumentos; en segundo, enemigos.” Friedrich Nietzsche

A final de cuentas, la mayoría de las actividades que realizamos en grupo terminan siendo un reflejo del ánimo y actitud que poseemos como sociedad y lo sucedido el sábado pasado en el Estadio “Corregidora” de Querétaro no es otra cosa que el resultado de la intensa polarización que se vive en México.

Mucho se ha escrito y dicho sobre el suceso y en buena medida se han buscado más culpables que causas y motivos; sí, es necesario dar con los responsables de la barbarie y hacerles pagar con todo el peso de la ley su salvajismo desmedido, pero también debemos detenernos a pensar el por qué ocurren las cosas.

No es, como muchos simplistas opinan, la venta de cerveza en los estadios lo que provoca la actitud beligerante de los fanáticos. Como muestra pueden ver lo que ocurre en los estadios de los Estados Unidos en donde desde temprano los aficionados llegan a hacer su carne asada en el estacionamiento y comienzan a beber, para después ingresar y seguirlo haciendo, sin que se presenten disturbios y problemas, compartiendo los espacios entre seguidores de los dos equipos en el campo.

No, aquí hay más de fondo.

Por una parte una sociedad partida a la mitad, dividida entre buenos y malos, chairos y fifís, honestos y corruptos, en una animadversión que desde el Gobierno Federal se alimenta día con día.

Por otra parte, está el elemento de la frustración contenida de la larga cuarentena y las repercusiones del Covid 19 como la pérdida de empleos; todo suma, todo agrega.

Pero fundamentalmente está la perversa visión focalizada en el “rating” de las televisoras, estaciones de radio y sitios web que se han dedicado desde hace ya muchos años en alimentar los odios creando rivalidades, encendiendo los ánimos, “calentando el ambiente” previo a los partidos, sesgando informaciones, inventando historias, sin vergüenza ni pudor, sin ética ni responsabilidad y pensando únicamente en el interés económico.

Son los mismos que ante lo ocurrido se horrorizan y se rasgan las vestiduras, son los que exigen justicia olvidándose que hace muy pocos días se dedicaban por entero a echarle gasolina a la lumbre, son los que festejan las porras y cánticos de las barras, son los pica-pleitos que amarran navajas.

No, la solución no es dejar de vender cerveza, porque entonces habría que dejar de venderla en todos los recintos no sólo deportivos, sino también de espectáculos, en los conciertos y shows, en todas partes.

La respuesta está en terminar con esa estúpida idea de crear, fomentar, apoyar y mantener a los “grupos de animación”, en desarticularlos por completo y evitar que se reagrupen, en no darles facilidades ni regalarles boletos, en no negociar por ellos entradas a otros estadios.

La respuesta está en nosotros como sociedad, pero ellos, los equipos y los medios, tienen mucho por hacer.

ftijerin@rtvnews.com

Fuente:

Vía / Autor:

// Francisco Tijerina

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Autor: stafflostubos
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