Por José Jaime Ruiz
@ruizjosejaime
Al Parlamento Europeo no le interesan los periodistas muertos en México, si así fuera, hubiera condenado los asesinatos de los trabajadores de los medios de comunicación durante el sexenio terrible de Felipe Calderón. No tenían otra opción que reprobar la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa el 23 de octubre de 2014, pero ¿ acaso deploraron que existieran periodistas muertos en el sexenio de Enrique Peña Nieto? En todo caso, se sirven de los comunicadores ejecutados para reforzar su objetivo real: defender a los articulistas que “sufren hostigamiento” por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador en las conferencias mañaneras. Simulan preocupación, su ocupación es otra.
Reviso la preocupación parlamentaria a través de un boletín de articulo19.org:
“Eurodiputadas/os de la Subcomisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo de diferentes fracciones partidistas, manifestaron su preocupación por las duras y sistemáticas críticas formuladas por las más altas autoridades del Gobierno mexicano contra las y los periodistas y su labor y solicitaron a las mismas abstenerse de publicar cualquier comunicación que pueda estigmatizar a las y los defensores de los derechos humanos, las y los periodistas y las y los trabajadores de los medios de comunicación. Asimismo, realizó un llamado para que destaquen públicamente el papel fundamental que desempeñan las y los defensores de los derechos humanos y las y los periodistas en las sociedades democráticas.”
¿Documenta dicho parlamento que López Obrador haya criticado, estigmatizado a alguno de los miles de reporteros mexicanos o se trata de defender a Carlos Loret de Mola, Denise Dresser, Raymundo Riva Palacio, Joaquín López Dóriga y otros articulistas que no son reporteros y, muchos dudan, sean periodistas? Más aún, ¿hostigó López Obrador a los periodistas asesinados este 2022? ¿Estigmatizó a Heber López Vásquez, a Margarito Martínez, a Lourdes Maldonado? Peor aún, ¿Andrés Manuel los mandó ejecutar? Ellos y los otros, ¿son crímenes de Estado?
El Parlamento Europeo se pretende un instrumento desestabilizador de los gobiernos que considera de “izquierda” en Latinoamérica. En Bolivia defendieron a Jeanine Áñez; en Venezuela, consideraron presidente legítimo a Juan Guaidó. Hasta ahora se han equivocado. Sus pretensiones desestabilizadoras no han prosperado, como tampoco han prosperado los ciudadanos de la Unión Europea que padecen de una desigualdad documentada por Thomas Piketty, ¿ya lo invitaron a que exponga sus argumentos acerca de la desigualdad en Europa y para que los ilustre por qué los obreros deben participar en el gobierno de las empresas?
Como latinoamericanos, somos europeos, por eso podemos corregirles la plana. La respuesta de Andrés Manuel fue excesiva, para quienes la han leído, pero necesaria. El Parlamento Europeo no está a la altura de sus pueblos, a quienes deberían defender, y no defender la desigualdad y el intervencionismo como nostalgia colonial. Al Parlamento Europeo no le interesan los muertos, justifican a los vivales.
Así que, imitando al gran poeta español, León Felipe, quien murió exiliado en Ciudad de México en 1968:
“No me contéis más cuentos,
que vengo de muy lejos
y sé todos los cuentos”.
Excesivo López Obrador, sí; necesario, también. Los momentos históricos son o no son. No existe la diplomacia cuando lo parlamentario condena, no pide información al otro gobierno, se apresura, da por hecho. Que se den de santos que los nombró borregos, no chachalacas. Ite missa est.