Por José Jaime Ruiz
Al gobernador constitucional, Samuel Alejandro García Sepúlveda, le urgía legitimidad social, acercamiento de gente, ciudadanía. El alcalde de Apodaca, César Garza Villarreal, la proporcionó y, no lo había sentido antes el gobernador, el munícipe lo (re) legitimó. Si todo Nuevo León fuera Apodaca, Samuel Alejandro andaría por sus anchas.
Al César lo que es de César. El arrollador arrasó como nadie en las elecciones pasadas. Repetirse es difícil, la reelección no es una nueva elección, es confianza en el servicio, nunca en el ser vicio. Como es local en extremo, la administración de César lo convierte en protagonista nacional. Samuel Alejandro requería ese roce social convertido en goce político. En efecto, sociedad política entre el gobernador y el alcalde.
Alguna vez nuestro gobernador constitucional podría dilucidar que, como antaño se decía que Guadalupe era el municipio-dormitorio de los trabajadores, lo mismo sucede en San Pedro, donde no duermen, dormitan los empresarios. Apodaca debería recibir los beneficios fiscales de las empresas asentadas ahí y no en los domicilios hacendarios de San Pedro que se traga los recursos. Tan federalista, Samuel Alejandro podría propiciar que existieran recursos del aeropuerto internacional Mariano Escobedo para Apodaca.
Si es humilde, Samuel Alejandro puede aprender de César. En política, la demasiada luz ensombrece. La exposición a la luminosidad jode la fotografía en lo real, no en lo irreal de las selfies –cualquiera que sepa de laboratorios lo sabe. Andante de la cotidianeidad, César es terreno, poco oficina y ahora, obvio, tiktoqueante. Política de combo: el demasiado terreno al día y el fluyente mapa digital cotidiano.
A Jesús Hinojosa, quien hizo panista a la metrópoli, le agradaba sentarse frente a un ventanal del Café Flores en la no sé por qué llamada Zona Rosa del centro de Monterrey. José Jaime –me confesó alguna vez ahí– veo a las personas, miro cómo caminan, observo sus gestos, aprendo desde su premura o presunción. Eso fue Uyuyuy: gobernar también es contemplar a los ciudadanos: necesidades, saciedades: sociedades.
Contemplar a los ciudadanos, exacto. Templar desde el gobierno. La templanza: moderar el ímpetu, Arcano 14: amar gobernar y, sin embargo, sin pasión. Estable, frío, sereno, equilibrado. Templar, nunca temblar. Maduro ya, mas nunca viejo, César lo sabe. Y lo sabrá Samuel Alejandro. Si en numerología el Arcano 14 es el 5, pues va la Línea 6 del Metro a Apodaca.
Sabiéndolo acomodar, en el jarrito de los elogios mutuos todo cabe, entra, se acondiciona. La caída de representatividad digital se subsanó con el ascenso ciudadano de representatividad que proporcionó César. Nunca cualquier cosa.
Como político, César Garza Villarreal es un cabrón bien hecho. Samuel Alejandro García Sepúlveda, si es humilde, aprenderá. Le llegó muy pronto la gubernatura, pero sabe de sus carencias, ya desdeñó sus vicios juveniles: al optar por gobernarse a sí mismo, trata de entender gobernar a los otros. Templanza.
Un personaje, como asesor, los une: José Natividad González Parás, el ex gobernador más sobresaliente de las últimas décadas (sobrevaloran a Alfonso Martínez Domínguez). La historia poco ensalza, mucho debilita, pero ahí siguen Santiago Vidaurri, Bernardo Reyes o Raúl Rangel Frías. Es el techo de Samuel Alejandro. ¿Lo puede alcanzar? Lo dudo. ¿Lo puede rozar? Sí.
José Jaime Ruiz
@ruizjosejaime – www.lostubos.com
