Por Francisco Tijerina Elguezabal
“Una cosa es continuar la historia y otra repetirla”
Jacinto Benavente
Siempre he dicho que la juventud es un mal que se cura con el tiempo. Fui joven y también decía que me comía el mundo, aunque la realidad me terminase empachando después de unos cuantos bocados, porque al final las cosas no son tan fáciles o sencillas como parecen.
Entiendo a los jóvenes y hoy entiendo aún más a los mayores que en su momento me conminaron a frenar un poco el ímpetu para actuar con mayor prudencia. Ser chavo no es malo, lo criticable es que no te dejes ayudar o no te apoyes en quienes tienen mayor experiencia, pero debo aclarar que esto último no es privativo de las generaciones menores, porque conozco a muchos viejitos que siguen de tercos creyendo que lo saben todo.
Ahí tiene usted a Ricardo Gallardo, el joven gobernador de San Luis Potosí, a quien nadie le ha dado una breve lección de historia y de política, a fin de que deje de declarar barbaridades como esa de que “el agua de la huasteca potosina no saldrá de San Luis Potosí, y menos para abastecer a Nuevo León”.
Cuando Ricardo apenas tenía 15 años y ni siquiera soñaba con ser gobernador de su estado, un Gobernador de Nuevo León, mi admirado y entrañable Sócrates Rizzo García, dijo algo parecido sobre el agua de la Presa El Cuchillo que había que ceder a Tamaulipas para riego y aunque no fue la verdadera razón, por aquel dicho tuvo que pedir licencia al cargo.
Los tiempos y circunstancias políticas son otras, es cierto; a Gallardo, a diferencia de Rizzo, lo apoya el Presidente que sin empacho dijo en una de sus mañaneras que consideraba que era correcta la postura de no enviar agua de San Luis a Nuevo León “pues la gente no está de acuerdo”.
Ah caray, muchos nos quedamos pasmados, ¿entonces es cuestión de estar de acuerdo? Porque aquí nadie nos ha preguntado en décadas, pero estoy seguro que no estamos muy conformes con tener que cumplir con un compromiso pactado de abrir las compuertas de El Cuchillo para entregarlas al Distrito de Riego tamaulipeco.
Y aquí hay que recordar que muy a pesar de la opinión del gobernador potosino y de la opinión del Presidente, existe un convenio vigente que aborda esta posibilidad y que en términos reales debe respetarse, aún y cuando el Ricardo Gallardo amenace con amarrarse a la maquinaria para impedir el trasvaso.
El punto es, al margen de las discusiones por el agua y de quién tiene o no la razón, que es cada vez más notorio que a nuestros políticos, y una buena parte de los equipos que les rodean, les hace falta aprender de la historia para evitar cometer los mismos errores.
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