Por José Jaime Ruiz
@ruizjosejaime
El periodista Víctor Martínez Lucio nos dice en Milenio: “A unos días de que Nuevo León conozca el destino legal del segundo ex gobernador llevado a prisión de manera consecutiva, el juicio público está hecho. Si bien en 2015, tras su histórico triunfo en las urnas, pocos, casi nadie, se atrevía a atacar a Jaime Rodríguez; a siete años de distancia pocos, casi nadie, se atreve públicamente a defenderlo”.
Exacto, nadie va a defender, salvo sus abogados, a Jaime Rodríguez Calderón. El Bronco es indefendible. Mentiroso, charlatán, bravucón, frustró el cambio deseado por los nuevoleoneses después del gobierno corruptísimo de Rodrigo Medina de la Cruz y de su padre, Humberto Medina Ainslie.
El Bronco está en lo cárcel, lo merece. No va a salir, no lo va a permitir el gobernador Samuel Alejandro García Sepúlveda. Los abogados del Bronco ya se acercaron con Samuel Alejandro, les dio con la puerta en las narices y les dijo que no… que vayan con los jueces a ver qué resuelven.
El abogado del Bronco, Gabriel García Pérez, intenta una estrategia fallida: sacar al Bronco de la cárcel aludiendo a sus problemas, reales o fingidos, de salud. Asegura que Jaime Rodríguez Calderón presentó una recaída durante el pasado fin de semana en el tema lumbar y el intestino. Ya nos habían informado que padecía de diverticulosis, un problema nada divertido.
Los divertículos son pequeñas bolsas que se abultan en el colon o en el intestino grueso. Es más común con la edad. Cerca de la mitad de las personas de más de 60 años la padecen.
Divertículos, pequeñas bolsas en el colon o en el intestino. Pequeñas bolsas. Pequeñas bolsas comparadas con las grandes bolsas que, probablemente, llenaron el Bronco y sus cómplices con el dinero de Nuevo León. Rodrigo Medina saqueó a Nuevo León. El Bronco saqueó a Nuevo León, es hora… que paguen. Y el Bronco no va a salir de la cárcel, menos con esa estrategia fallida de su mal estado de salud.