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Por Félix Cortés Camarillo

Nunca he visto en persona a Jaime Heliodoro Rodríguez, mejor conocido como El Bronco,  ex gobernador de mi estado y actual reo en el penal de Apodaca, acusado de delitos varios. Menos he cruzado palabra con él por medio alguno. Yo no creo que sea inocente de todos los cargos que se le hacen, pero tampoco dudo de que sea culpable de alguno, todos, o incluso otros más y de mayor importancia que aún no se han dado a conocer. De lo que no tengo duda es que el proceso jurídico que mantiene al personaje en la cárcel, no ha sido conducido en los márgenes de lo que ahora se llama debido proceso y en mis tiempos era simplemente impartición correcta de la justicia. El súbito desistimiento de los cargos en contra de tres capitostes del gobierno de Jaime que le acompañaron en su gestión y en consecuencia son presuntos cómplices de sus trapacerías, me indica que estamos ante un caso de justica dirigida por motivos harto personales.

El único sospechoso de este desmán es el doctor -eso dice- Samuel Alejandro García Sepúlveda, gobernador constitucional del Estado Libre y Soberano -eso dicen- de Nuevo León. No es preciso ir muy lejos en la memoria para recordar que antes de tomar posesión Samuelito había prometido públicamente que iba a meter al bote a su antecesor; tampoco se olvida, aunque se recuerde menos, de la abierta acusación que hizo el todavía gobernador Rodríguez en una entrevista, de que “ese muchachito”, su madre y su padre eran de los mayores “factureros” en el estado, delito que merece seria persecución. La memoria, especialmente la política, es así.

Samuel Alejandro García Sepúlveda es un gobernador prolijo en mensajería electrónica. No tenemos un solo argumento para decir que sea un buen gobernador o que haya dado indicios de poder serlo a la larga. La mayor parte de los actos que han merecido público aprecio o comento han sido los difundidos y expuestos a saciedad en las llamadas redes sociales. Uno de ellos es la detención y retención del Bronco.

Suele decirse, y no tengo por qué dudarlo, que los espectaculares actos del gobernador han sido meras cortinas de humo, en el más puro estilo del presidente López Obrador, para impedir que los ciudadanos veamos los problemas reales que están erosionando al estado, cortinas de humo propiciadas e instrumentadas por su esposa Mariana Rodríguez con fama de especialista en estos novedosos medios de comunicación, las redes. Existe también el factor astucia y oportunidad. Muchos de esos actos han sido provocados por la impericia, torpeza o idiotez de otros.

Aprovechando la torpe política de vacunación en contra del COVID 19, el gobernador García negoció con el gobernador de Texas y trepó a chiquillos y chiquillas de Nuevo León a vacunarse en la frontera, de gorra. Aprovechando su cercanía con el gobernador Abott, firmó un documento bueno para nada a fin de que los cargueros que no pueden pasar la frontera fácilmente de Reynosa a Pharr por las repetidas e innecesarias revisiones de las autoridades del estado, lo hagan por el puente fronterizo de Colombia, en Nuevo León. Puro relumbrón.

¿Qué ha hecho el gobernador frente a la crisis histórica de escasez de agua en la capital de su estado? Mentir.

Primero afirmó que la solución estaba en los pozos que en el mero centro de la ciudad de Monterrey pueden utilizarse en unos minutos. Luego afirmó retomar el plan que desde hace más de diez años se soñó con traer agua del Pánuco. Cuando fue a pedir dinero para este sueño, el presidente López lo mandó por un tubo para congraciarse él con los ciudadanos de Tamaulipas y Veracruz. Vino con la antigua y absurda idea de desalinizar el agua del Golfo de México, como si fuese una empresa barata. Luego prometió retomar la obra de la presa Libertad y finalmente “bombardear” las nubes para que nos llueva en el pavimento. Puro atole con el dedo, mientras el incendio forestal en Santiago cumple ya tres semanas en que todos los días se apaga en las declaraciones a los diarios mientras sigue quemando los pocos bosques en la zona.

Hay quien ha sugerido que el problema de Samuelito es de comunicación, que el foráneo que le maneja la imagen es un bobo. Sin negarlo, creo que el problema es otro: Emitir mensajes de twitter es una cosa, gobernar un estado es otra.   

PILÓN PARA LA MAÑANERA (porque no me dejan entrar sin tapabocas): con todo respeto, señor presidente, ¿cuántos Judas Iscariotes al estilo del diputado Carlos Manuel Aysas piensa reunir en dos días para que vendan su voto a favor de la reforma energética? En otras palabras, ¿cuántas embajadas le quedan para darlas como premio a la traición, como la prometida al padre el legislador, próximo embajador en Santo Domingo, don ex gobernador Carlos Aysa González?

‎felixcortescama@gmail.com

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// Félix Cortés Camarillo

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Autor: stafflostubos
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