Por José Jaime Ruiz
@ruizjosejaime
Aunque duela, hay que decirlo: ahogada la niña, a tapar el pozo, dice el refrán. Y lo peor, desde la manipulación que pretenden las esferas de poder usan la desaparición de Debanhi Escobar para ocultar la pésima investigación sobre el feminicidio de María Fernanda Contreras.
El vocero del medroso fiscal, Gustavo Adolfo Guerrero, el señor Javier Caballero García intentó, en el caso de Marifer, armar una indagatoria ficticia. Abusando de la tecnicidad nos habló de que Marifer ya estaba muerta desde la noche del domingo 3 de abril, alegando un estudio llamado pomposamente crono-tanato-diagnóstico. Los padres de María Fernanda no están de acuerdo.
Pregunto.
1.- El presunto asesino de Marifer, ¿fue el sujeto que declaró a las autoridades y las autoridades lo dejaron ir por falta de pruebas a pesar de que presentaba rasguños y mordidas en la cara? ¿Por qué lo liberaron?
2.- ¿Por qué asumen que Marifer murió el domingo y no tomaron en cuenta las pruebas periciales del médico forense, quien manifestó que no podía atreverse a dar una fecha exacta del deceso? ¿Ocultó la Fiscalía de Gustavo Adolfo Guerrero información sobre la autopsia a la familia y a la sociedad?
3.- ¿Por qué tratan de mantener oculta la información a pesar de que ya tienen bajo custodia al presunto autor del feminicidio?
Las colectivas feministas siguen luchando. El gobierno ha ofrecido alrededor de 200 elementos para investigar las desapariciones en Nuevo León, la misma cantidad de policías que reprimieron a las manifestantes de la más reciente marcha frente al Palacio de Cantera. Ofrecen indagar, pero también la policía de Aldo Fasci reprime. Por cierto, ¿desplegaron 5, 50 o 200 elementos para catear la casa donde encontraron a María Fernanda, la que con días de anticipación había señalado su padre? ¿Y después de cuántos días?
La Fiscalía quiere imponer la “verdad histórica” de que Marifer fue asesinada desde el domingo y, consecuentemente, ya nada se podía hacer. Los negligentes nunca asumen su responsabilidad. Aunque duela, hay que decirlo: ahogada la niña, a tapar el pozo. Las feministas no pueden permitir que esto suceda, que la desaparición de Debanhi olvide la mala investigación del feminicidio de Marifer.