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¿Y quién te lo dijo nené?

Por Félix Cortés Camarillo

Me lo contó hace muchísimos años Mentor Tijerina de la Garza, mi amigo muy querido que fue uno de los mejores cardiocirujanos que ha tenido México. Él comenzó a experimentar en Monterrey con las intervenciones quirúrgicas de corazón abierto usando la hipotermia, cuando los hospitales de Houston todavía no se atrevían. 

Y esto me contó Mentor: te llega una parturienta toda desfallecida, a punto de un aborto inevitable, con el cordón umbilical alrededor del cuello del producto y tú acudes a todos tus conocimientos de obstetricia, perinatología, ginecología, neonatología y todo lo demás y después de dos horas le presentas el chamaco a la madre. ¿Sabes qué dice? Me lo salvó la virgencita de Guadalupe. En cambo, si llega un caso semejante, pero cuando al abrir encuentras con un niño ya muerto, la sentencia es: me lo mató el doctor Tijerina.

Puede ser un banal chiste gremial de hace sesenta años. Yo lo recordé por la andanada de ofensas hacia los médicos mexicanos desde la cima del poder político del país a propósito de la contratación de cubanos para ocupar plazas que los locales afirman no se las dan a ellos. 

Poco consuelo brinda el saber muy bien que nuestro tiempo es el de los vituperios a diestra y siniestra y que por el momento los destinatarios de la injuria sean los médicos. Invariablemente son los emisarios del pasado, que diría Echeverría, los fifís, retrógadas, reaccionarios, conservadores, neoliberales y traidores a la Patria que proliferan entre los periodistas, intelectuales, escritores, artistas y mexicanos de toda estirpe y oficio que simplemente se resistan a sumarse al coro de elogios incesantes y magnos al presidente de la República.

Si no fuera tan vulgar y amátrida movería a risa la calificación que el presidente López le dedicó a la Universidad Nacional Autónoma de México, que él dice que es su Alma Mater, ofensa que está en la cúspide de esta enorme pirámide de insultos y agresiones. La UNAM, afirmó un día el presidente López, se ha hamburguesado.

Poco hay que añadir a este monumento a la estulticia si no fuera el seguir los consejos de la abuela: hay que tomar las cosas según de quien viene. Por eso hay que darles un saludo de bienvenida a los hombres y mujeres que llegan a curarnos en los recónditos lugares de nuestro dolido país, a donde los “temerosos” médicos mexicanos no quieren ir.

Hay que estar conscientes de que estos hombres y mujeres que llegarán han sido educados en la disciplina revolucionaria y en el sacrificio de los guerrilleros: a ellos seguramente no les va a importar que no hay medicinas para atender a unos enfermos que si sanan le agradecerán a la virgen de Guadalupe. Si no, esperemos que no les apliquen el Patria o Muerte, porque supuestamente irán a las zonas de Michoacán, Zacatecas o Guanajuato, donde ya se sabe que la vida no vale nada.

PILÓN PARA LA MAÑANERA (porque no me dejan entrar sin tapabocas): con todo respeto, señor Presidente, aunque yo sé que usted no atiende sugerencia alguna que no venga de su propio cerebro, le doy un consejo que le va a dar muchos votos para quien usted designe como su sucesor(a) en el proyecto que antier usted definió como “continuidad con cambio”. 

El tema es sencillo: dígale usted a don Miguel Diez-Canel, presidente de Cuba, que quiere hacerle un cambiecito a uno de los acuerdos que usted hizo con él en su reciente visita a La Habana, el de la vacuna Abdalá contra el Covid, que usted acaba de ordenar que se aplique a los niños mexicanos. Sin discusión, aunque la vacuna Abdalá, como antes la Sinovac y la Cansino no han obtenido el visto bueno de las autoridades mundiales en salud.

Yo, como creo que muchos otros mexicanos, no voy a permitir que le apliquen esa vacuna a mis nietos. Los biológicos se van a echar a perder. Por eso, mejor propóngale a Miguelón una Catafixia: que en lugar de mandarle las pequeñitas botellas de la vacuna le mande choncholonas botellas de Ron Habana Cuba, que ya ha pasado todos los filtros de calidad que los bebedores de ron establecemos en el mundo. Le juro que no se van a echar a perder estas mercancías y usted habrá subido puntos en el aplausómetro.

‎felixcortescama@gmail.com

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Vía / Autor:

// Félix Cortés Camarillo

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Autor: stafflostubos
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