Por Obed Campos
Ya no recuerdo en que mes (pero ya estaba Samuel “Mattel” García al frente de la gubernatura) cuando colapsó el drenaje de mi casa, que es la suya, amable lector acá en la Buenos Aires, al sur de Monterrey.
Todavía quedaban amigos en Agua y Drenaje por lo que molesté a uno de ellos y me mandaron una cuadrilla de empleados que me dijeron lo que ya sabía: tenía tapado el drenaje a la altura de la banqueta y había que abrir la loza… Pero no ese día, porque ya era tarde, así que esperara a otra cuadrilla al otro día.
Con la fresca de las 11 de la mañana del día siguiente apareció la cuadrilla, que presta se puso a romper el cemento y a sacar tierra para dar con la tubería en cuestión. Para no hacerle largo el cuento, la maniobra duró como ocho días, porque los empleados nunca llegaban temprano, como si se iban antes de que cayera el sol.
Pero eso no fue lo peor: en el siguiente recibo que Agua y Drenaje me hace llegar mes tras mes, venía un cargo de unos 500 o 600 pesos. Logré que me contestaran el teléfono y me aclararon que ese monto era por “la obra” realizada con el drenaje de mi casa.
Francamente no me quise pelear, hasta esta semana, en que noté que en la zona donde se encuentra “el registro” o respiradero de la cloaca, ya se levantó todo el cemento, lo cual significa que la obra la hicieron mal y con las patas los empleados de AyD.
Quise, infructuosamente, poner mi queja por teléfono. Nunca me contestaron, y en el número 8113218182 de Whatsapp, nada más me dieron la bienvenida y ya no quisieron hablar conmigo.
Fui a las oficinas de Plaza la Silla, las cuales no tienen aire acondicionado y atienden por números al tanteo, porque la máquina no funciona.
La señorita que me atendió, muy amable eso sí, me pidió que vaya a la oficina de el Obispado y que lleve un escrito con mi queja y fotos anexadas.
Si no me desespero de aquí al lunes y contrato un albañil que me arregle el problema, ahí les platicaré como me fue, pero esta frustración que me toca vivir a mi demuestra que los nuevos ganones de Agua y Drenaje de Monterrey o son muy ineptos o son muy pen… perversos, muy perversos y que los ciudadanos pagaremos los platos rotos por las dos cosas: por el saqueo, y por la sequía y por las chiflazones de las huestes de Juan Ignacio Barragán Villarreal, empeñados en hacernos creer que el problema mayor es la sequía y no la falta de una buena administración del vital líquido y los servicios de la paraestatal.
Y ahora resulta que aparte de ser criminalizados por nuestros consumos de agua, estamos teniendo una calidad de vida, del zoquete…
¿Qué motivó a los de Agua y Drenaje a la perversión y a andar en la robadera descarada? En los próximos días daremos pelos y señales.
Nada más le adelanto que nuestro problema no es la sequía, sino el saqueo.
¿O se escuchan los mismos clamores que aquí en Saltillo, en Victoria o en Mcallen?
Verdad que no.
Mientras tanto, nuestro gobernador (porque gobierna para todos, aunque a él no le guste), se comporta más como un agente de colocaciones con eso de que anda reclutando alcaldes para que se vistan de fosfo-fosfo.
En tanto, temas como los feminicidios, la inseguridad, las desapariciones, la polución, la delincuencia, y la sequía Samuel no los ve. El ve negocios.
Y claro que celebra la cosecha de alcaldes, como la de Baltazar Martínez Montemayor, quien se va a echar dos trienios al vuelo, siguiendo los pasos de su hijo, Baltazar Martínez Ríos, quien ya cobró seis años en la misma alcaldía, la del sufrido pueblo de Cerralvo.
Le aseguro que en el PAN hasta hicieron fiesta al saber que se iba un sujeto tan nefasto como Martínez Montemayor.