Por Gil Gallardo Montejano
El sábado 28 de mayo Samuel García Sepúlveda gobernador del Estado salió a una jornada de limpieza en La Huasteca, en dicha jornada mencionó que en los siguientes días se procedería a cerrar tres pedreras en el municipio de Santa Catarina por no cumplir las normas ambientales. Y dijo:
“Están todo el día contaminando, echando polvo y que aparte huelen mal, apestan. Esta tarea es sí o sí, hay que entrarle sustentables y cambiar de chip”.
Y agregó:
“Tenemos una crisis, no es causalidad ni es gratuita, la crisis de agua que vive Nuevo León es por un fenómeno que se llama cambio climático, que cada vez provoca menos lluvia y más sequía”.
Como si no lo supiéramos, como si no lo viviéramos. Como si pararse a caminar y levantar botes de plástico, latas de aluminio y bolsas de frituras fuera a resolver el problema de la contaminación, como si dar declaraciones sobre lo que se “va a hacer” con las empresas contaminantes significara un antes y un después en el golpeado medio ambiente en el que vivimos los residentes del área metropolitana. Ya no está en campaña gobernador, hay que hacer, no decir solamente. ¿Cambiar de chip, ser sustentables?; claro, se puede, haciendo un análisis más profundo de la realidad.
Una respuesta a esta compleja situación se encuentra en la próxima construcción del Metro por la avenida Eugenio Garza Sada. Varias aristas se unen en torno al tema: la construcción del Metro elevado degrada el paisaje urbano, en el caso de la zona sur de la ciudad el valor de los bienes inmuebles disminuye, al ser elevado terminará por quitar por lo menos un carril de circulación a una avenida que ya de por si esta saturada en horas pico debido al alto uso del automóvil individual; en ese sentido, lo más importante del beneficio de la obra es la cantidad de usuarios a los que brindará servicio. Al ser una zona donde predomina la vivienda de clase media y media alta se puede prever que el impacto será muy limitado debido a que, como ya lo mencioné, impera el uso del automóvil individual.
Ante todo esto es fundamental observar los datos duros: la población total de la ciudad de Monterrey según el censo realizado por el INEGI en el 2020 era de 1,142,994 personas, la densidad poblacional de 3,523 habitantes por kilómetro cuadrado, el porcentaje de habitantes con automóvil de 63%. De todo este universo ¿cuántos habitantes están en el sur de Monterrey? ¿Cuánta gente se desplaza diariamente en transporte público hacia allá?
Podemos darnos una idea, hay tan solo 5 rutas de transporte urbano que recorren la mayor parte de la extensión de la avenida, una de ellas es la ruta Álamo, la única que llega a Santiago, N.L., donde el porcentaje de automóviles por habitante es del 74.2%, ¡más alto que en Monterrey! El campus Mederos de la UANL reúne alrededor de 12,000 alumnos y los estudiantes del Tec de Monterrey, en su mayoría, viven en los alrededores del campus.
Ahora, gobernador, hagamos este mismo ejercicio mirando hacia el oriente del área metropolitana: entre Cadereyta, Guadalupe y Juárez hay 1,237,003 habitantes, en promedio entre Guadalupe y Juárez el parque vehicular es de 55% de automóviles por habitante, una diferencia importante entre Santiago y Monterrey donde el promedio de estos dos municipios es casi del 70%, la densidad poblacional de Guadalupe es de 5,431 habitantes por kilómetro cuadrado, y para terminar, por tres de las avenidas importantes que atraviesan el municipio de Guadalupe que son, Benito Juarez, Pablo Livas y Eloy Cavazos, pasan un total de 46 rutas de transporte urbano, cuyas unidades en horas pico, siempre van repletas.
Basta con ser un poco observador para darse cuenta que la antigüedad del parque vehicular de los municipios de Guadalupe y Juárez es más antiguo que el de la zona sur de Monterrey, y por lo tanto mucho más contaminante, si a eso se le suma que a mucho de ese parque vehicular se le ha extraído el convertidor catalítico debido al alto valor de mercado que tiene la materia prima al interior de este, pues súmele a la contaminación. Es este solo un breve análisis de un tema que hoy en día esta causando mucho escozor entre los vecinos de la zona sur de Monterrey y el municipio de Santiago, la dichosa construcción del metro elevado por la avenida Garza Sada.
En un ejercicio de empatía de parte de quienes vivimos en esta zona de la ciudad, les invito a la siguiente reflexión: debemos solicitar NO a la construcción de un Metro elevado o subterráneo en este momento, sino que se construya primero donde más se necesita, donde el bien común se vea reflejado de la manera más extensa posible, ahí están los datos para el análisis.
Antes de finalizar dejo dos preguntas en el aire, ¿Por qué la terquedad de construir un metro elevado? ¿A quién se beneficia y por qué el construir el Metro por Garza Sada en lugar de extender o construir antes hacia el oriente del área metropolitana?
Cambiar el chip, ahí tiene los datos gobernador, atrévase y cambie todo el procesador. Para ser sustentable hacen falta más que palabras y por supuesto dejar de abogar por intereses muy particulares.
Más Metro donde se necesita.