Por Obed Campos
Se escucha desde la cocina electoral: “Trabaja Partido Revolucionario Colosista”…
Es tanta la calentura del imberbe alcalde de Monterrey, que en su comportamiento como príncipe heredero del trono tiene metido entre ceja y ceja el llegar —a como de lugar— a Palacio Nacional que ya se mandó a hacer, por si las dudas, un partido para él solo, por si los naranjas le agarran la palabra y le dan con el botín en salva sea la parte.
Se llama Partido Revolucionario Colosista, en honor al santo apelativo, por supuesto, y como dicen los que saben, estará ahí nada más por si se ofrece, porque en su sueño húmedo Luis Donaldo piensa ser candidato de toooooooooooooodos los partidos contra el oficialista Morena.
Oiga, pero un movimiento de esos cuesta una lana… ¿Ah, pero quién cree que la va a poner? Pues el abnegado pueblo de Monterrey, si para eso tiene alcalde, si señor.
Así que anote el nombre del Partido Revolucionario Colosista en una hoja en blanco y sin renglones, memorícelo con todo y esta fecha y luego préndale fuego.
O diga que se lo dijo un loco.
EL TIANGUIS DEL PALACIO DE CANTERA
Como tal parece que no se completa con el pingüe sueldazo que le pagamos todos en el pueblo de Nuevo León, Glen Villarreal Zambrano, aka, Glen Zambrano, el alicaído jefe de comunicación e imagen de Samuel “Mattel” García inició con una empresa poco más informal, y puso, lo que se puede llamar, como un puesto de mercado de pulga en el Palacio de Cantera.
Si señor, en horario de trabajo el hoy altísimo funcionario público hasta anunció en sus redes la venta de una tarjeta de video de computadora con entrega ¡en Palacio de Gobierno!
¿Así de jodida andará su economía?