Por José Jaime Ruiz
Hace algunas semanas Glen Villarreal Zambrano, director de Comunicación Social del Gobierno de Nuevo León, difundió en sus redes sociales una relación galáctica entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y el gobernador de Nuevo León, Samuel Alejandro García Sepúlveda. Samuel García evitando ser el padawan de Sheev Palpatine (Darth Sidious).
La referencia da cuenta de la política ficción o la ficción política que padece Nuevo León. Si el pensador parisino Alain Finkielkraut denunció que la sociedad se convirtió en adolescente, en Nuevo León vemos que el gobierno se convirtió en adolescente y como aquella canción sureña, hay tanta adolescencia apresurada y tanta soledad arrepentida.
Para quienes desconocen la saga medieval de “Star Wars”, Darth Sidious es el Maligno y Darth Vader termina por ser una víctima (al paso: la serie sobre Obi-Wan Kenobi, fiasco). Educando a los jóvenes del gobierno, les explico que quien representa el lado oscuro es Fernando Elizondo Barragán.
Genéticamente cuentachiles, lo suyo es restar, no sumar; dividir, no multiplicar. Los desastres naturales no los planifican los ciudadanos ni sus gobernantes, la crisis hídrica de Nuevo León es obra de nuestros gobernantes. Fernando Elizondo fue gobernador sustituto de Fernando Canales (no creo que Canales tenga una buena opinión de Elizondo) y nada hizo en materia del agua, bueno sí, denostar a Jesús Hinojosa cuando Jesús intentó ajusticiar a los saqueadores.
El líder moral de nuestro gobernador Samuel García, tuvo dos años para impulsar un servicio del agua racional y equitativo con Jaime Rodríguez Calderón. Elizondo sigue manejando las finanzas en el gobierno de Samuel García a través de su extensión corrupta en la Secretaría de Finanzas, Carlos Garza Ibarra. Manejar la lana es manejar todo.
La crisis del agua es una crisis de desigualdad (Thomas Piketty, no cito, concito), nadie se pone a chingazos en San Pedro por un litro de agua. También es una crisis política, histórica. Personajes siniestros contribuyen a la crisis. No analicé a fondo la posibilidad o imposibilidad de Monterrey VI, Eugenio Clariond siempre se opuso.
La irresponsabilidad del gurú de Samuel Alejandro es antológica: “Yo lo veo casi como un mensaje divino, cada vez que nos dicen que nos va a faltar nos mandan más agua del cielo y más y más, como diciendo ‘a ver si ya se convencen de que no se necesita más agua’.
“Yo he estudiado el tema desde el punto de vista técnico y estoy convencido de que es un proyecto innecesario, mal sustentado y opaco”.
Nunca sabemos que nos llegará un mensaje divino. La naturaleza sí nos manda mensajes, tormenta perfecta, sequía perfecta. En un mal lugar donde nombramos Extremadura, hicimos del desierto, vida. La sequía como saqueo tiene culpables. Ser inocente en Nuevo León es ser indecente. Si al subsuelo lo tomaron por asalto, al cielo no. Y así Elizondo.
“Nos mandan más agua del cielo”.
“No necesitan más agua”.
No, pozos mediante, la lluvia tóxica para todos; extracción constante para embotellar. Sheev Palpatine (Darth Sidious) dixit. Fernando Elizondo Barragán, el tóxico.
@ruizjosejaime