Por Francisco Tijerina Elguezabal
Hay ocasiones en que resulta provechoso el hurgar en el archivo e indagar un poco sobre los temas que hoy ocupan la agenda de nuestra ciudad, nuestro estado y país, sobre todo en días como ayer cuando el Director de Agua y Drenaje, el inefable Juan Ignacio Barragán, sorprende al cónclave con la noticia de que las obras de construcción del acueducto “El Cuchillo-Monterrey 2” podrían iniciar este mismo año, pero que están a la espera de los permisos federales para arrancar.
Es entonces que expreso, como diría el personaje de Carlos Lacroix en la vieja radionovela “La Intrusa”: “Perdón, creí que era Margot”, porque desde antes de concluirse el actual ducto ya se anunciaba la construcción del segundo; el permiso -lo ha dicho el Gobernador Samuel García- está concedido desde hace décadas, entonces, ¿qué espera Barragán? ¿A quién pretende engañar?
El acueducto urge y dada la emergencia bien valdría la pena empezar a construirlo con recursos estatales y no tener que esperar al año entrante a que la Federación los asigne, porque ya sabemos que eso no ocurrirá el 1 de enero y al no haber fecha, bien puede suceder que el tema arranque en diciembre.
Volviendo a lo del archivo, resulta simpático el leer y reencontrarte con nombres, noticias, historias y personajes. Ahí tiene usted que hace 25 años, en diciembre de 1997, el recordado Jesús Hinojosa Tijerina, director entonces de Agua y Drenaje de Monterrey, decía que la construcción del segundo acueducto de El Cuchillo a Monterrey se había cancelado pues “no era necesario” y garantizaba el abasto de líquido para el Monterrey metropolitano por 15 años. Añadía que había que hacer investigación y trabajar en garantizar el abasto para los siguientes 50 años… hoy apenas llevamos la mitad y no tenemos ni gota.
Revisando noticias te topas con una montaña rusa de números, cifras, cantidades de abasto, capacidades, precios, tiempos, que demuestran que a tiro por viaje, nuestros funcionarios no han dejado de soltar números a ciencia, paciencia, pero sobre todo conveniencia.
El 30 de enero de 1988 en el foro denominado “Agua y Desarrollo Urbano” celebrado en La Casa del Obrero, funcionarios de la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos explicaban al entonces candidato del PRI a la Presidencia, Carlos Salinas de Gortari, que en “la segunda etapa del Plan Hidráulico se incluían obras como la construcción de las presas Libertad, El Cuchillo y Tunal, con las que se podría dar abasto adecuado a la población”.
Y 34 años después aquí seguimos, con tres presas, sin el segundo acueducto, sin la Presa Libertad y con sed, mucha sed. A ver si en esta oportunidad aprendemos y empezamos a trabajar en una solución de fondo, de verdad, que nos asegure el abasto y que evite que volvamos a pasar por este viacrucis.
Por favor, ya déjense de dar números, cifras, estadísticas y grafiquitas, porque con tan sólo hojear la historia saltan muchas verdades que resultan bastante incómodas.