Por Francisco Tijerina
¡Brillante, genial, sensacional, proactivo! Eso y más sigue siendo el director de Agua y Drenaje de Monterrey, Juan Ignacio Barragán, quien no contento con mentir, inventar excusas y aventar culpas, ahora tiene la estupenda idea de “sugerir” a los ciudadanos que antes de comprar un departamento verifiquen si tienen agua potable o drenaje sanitario.
Como de costumbre Barragán está expeliendo sus desechos líquidos muy, pero muy, pero muy afuera del contenedor construido para ese efecto, por no decir que está meando fuera de la bacinica.
Hasta hace muy poco tiempo aquí se construía al “Viva-viva”, es decir, cumpliendo con requisitos mínimos y sobre la construcción se iban realizando trámites y sacando permisos y nunca fue un requisito indispensable el contar con un estudio de factibilidad, por la simple razón de que las construcciones eran de casas o a lo sumo algunos departamentos.
Llegaron los centros comerciales, después las torres de departamentos y con ellas las plazas comerciales y no se habían puesto estrictos con este tema, a pesar de que era obvio que le estaban pegando al consumo de agua y a la descarga de desechos, como también afectan al gas y la electricidad, el internet, a la capacidad de las calles y espacios de estacionamiento.
Habría que responder aquí a la famosa pregunta de “¿qué fue primero, el huevo o la gallina?”, porque resulta curioso que un titipuchal de edificios en Monterrey y San Pedro estén a punto de concluirse y ahora resulte que no tienen permiso para tener servicio de agua y drenaje.
¿Cómo es que les otorgaron un permiso de construcción si no hay capacidad para surtirles agua o para atender su drenaje sanitario?
¿Por qué no mejor en lugar de recomendar a la ciudadanía el revisar que se haya cumplido con trámites nuestras autoridades no hacen su trabajo y se ponen de acuerdo entre ellos para que, entonces sí, haya culpables en caso de que alguien se brinque las trancas?
El papel del gobierno, en todos sus niveles, es velar por el interés de los ciudadanos, de manera que Juan Ignacio Barragán es tan culpable o más que las autoridades de Monterrey que expidieron los permisos de construcción, porque a sabiendas de que 31 edificios de departamentos se construían sin contar con la factibilidad de servicio, los dejó pasar, hasta ahora que trae las broncas del agua, que si no, hubiese quedado todo en letra muerta.
Esas edificaciones no se pueden esconder, están ahí, a la vista de todos y su venta se publicita en medios de comunicación. ¿Es culpable también el periódico que anunció la venta de esos departamentos sin corroborar que cumplían con todos los requisitos de la ley?
Uno va y compra de buena fe y presume que tienen los permisos en regla (si no, cómo diantres están ahí). Arquitecto, déjese de cuentos y mentiras, de excusas y pretextos y ya póngase a chambear; ya sabemos que no le entiende al agua, pero por lo menos haga algo de provecho y revise que las construcciones y fraccionamientos nuevos tengan factibilidad.