Por Félix Cortés Camarillo
Hace ya varios años (¿cuántos años son muchos?) y en torno de una mesa de cantina, como debieran empezar muchos poemas, los excelentes periodistas Guillermo Ochoa y Fernando Alcalá, que se adelanto en el 2000, se tomaban unas cubas conmigo, lejano a la excelencia y aficionado al whisky. Sumidos en la profundidad intelectual, nos pusimos a discernir cómo habían evolucionado las tres mentiras fundamentales del mexicano a saber, “mañana te pago, la última y nos vamos, y, nomás la puntita”, en afán de perfección. Para echar mentiras, no hay quien nos gane. Cito de memoria mentiras institucionalizadas, que son las que se enuncian pero no se cumplen:
Honorable Congreso de la Unión. Carril izquierdo sólo para rebasar. Armas de uso exclusivo del Ejército. Prohibido estacionarse. Sufragio Efectivo. Derecho de Amparo. Educación laica y gratuita.
Pero con el arribo de la cuarta simulación al poder el catálogo se abrió de manera brutal. Hay quien afirma que hay más de seis mil registros comprobados. De los grandes. Algunos ejemplos.
No somos iguales. Primero los pobres. La gasolina costará diez pesos el litro. El sistema de salud mexicano con el INSABI será igual al de Dinamarca. Se acabó la corrupción. El PIB crecerá al cinco por ciento en el 2022; crecerá al 5 por ciento en el 2023 y al 5 por ciento en el 2024. El aeropuerto Felipe Ángeles es el mejor aeropuerto de América Latina. Vamos a promover el desarrollo de las energías limpias. No se talarán árboles para hacer el Tren Maya. El segundo mandatario mejor calificado del mundo es AMLO. No soy tapadera de nadie. Los cuerpos de Pasta de Conchos serán rescatados en dos años. México no es el cuarto país en América por el número de muertos a causa del COVID….
Por cierto, hoy rinde el presidente López su Cuarto Informe de Gobierno.
PARA LA MAÑANERA (porque no me dejan entrar sin tapabocas): Samuelito García, el gobernador de Nuevo León, ha resultado ser un estupendo imitador del presidente López. Dispara declaraciones y promesas que no puede cumplir a la menor provocación. Ahora resulta que hábilmente promete a los pobres desamparados de sus paisanos el renacimiento del Seguro Popular, institución arteramente asesinada por la cuarta simulación. Mediante la presentación del CURP, dice Samuelito, en dos minutos obtendremos los nacidos en Nuevo León una tarjeta para obtener atención médica gratuita para combatir más de 300 enfermedades al no contar con los servicios del Seguro Social o del ISSSTE. Suena muy bonito. Lo que no dijo el gobernador es de dónde va a sacar dinero para esos consultorios, los médicos que se necesitan y otros apoyos. Ya ni hablemos de los medicamentos. Pero de que hay lengua, hay.