Por José Jaime Ruiz
Los que deben de velar por la democracia, asechan la democracia, conspiran contra la democracia. El INE actual es el Prostituto Nacional Electoral –a través de Lorenzo Córdova y Ciro Murayama– de los intereses de Claudio X. González, Alejandro “Alito” Moreno y Marko Cortés. El INE funciona como censor electoral, ahí está el caso de Félix Salgado Macedonio y su embestida en contra de Claudia Scheinbaum y Adán Augusto López; también funciona como inquisidor y se erige en Tribunal del Santo Oficio contra la libertad de expresión.
El incidente más reciente del consejero ciudadano Lorenzo Córdova se dio en la Universidad Autónoma de México donde, cortésmente, un muchacho lo increpó por su racismo y por eso, y su papel antidemocrático, le dijo que no era bienvenido en la Máxima Casa de Estudios. Córdova le respondió que en la UNAM cabían todos.
Los hashtags de estudiantes de la universidad inundaron las redes pidiendo que Córdova saliera de la UNAM y del INE. La derecha insultó al estudiante calificándolo de “porro”, una ignorante exageración; analfabetos de las luchas estudiantiles, no dimensionan lo que es un porro.
El reclamo por una universidad democrática y por una reforma electoral que propicie precisamente la democracia y no el corporativismo de los partidos políticos, es un reclamo que irá creciendo, primero, en las redes sociales para después trasladarse a las plazas públicas.
La censura (Index digitalis prohibitorum) que desean ejercer Ciro y Lorenzo contra la libertad de expresión en las redes sociales, ni siquiera las grandes plataformas la aplican (el caso del ex presidente Donald Trump es sintagmático, no paradigmático). Atentar contra la libertad de expresión no sólo da cuenta de autoritarismo, también de sometimiento. ¿Por qué es tan fácil cambiar el bienestar democrático de los ciudadanos por el bienestar antidemocrático del Señor X, de “Alito” y de Marko? Porque han hecho de la prostitución electoral su modo de vida, su zona de confort.
Es trascendente que los estudiantes empiecen a publicar su solidaridad con el joven que abordó a Lorenzo. Y no he visto en redes sociales que estudiantes defiendan a Córdova, al único que he leído es a Ciro Murayama pretendiendo cambiar la conversación y la narrativa: “Veo que la mayoría de los estudiantes de la FES Acatlán de la UNAM recibió con gusto y afecto a Lorenzo Córdova.
«No es sorpresa, Lorenzo es parte de la comunidad universitaria desde hace 35 años y profesor de la máxima casa de estudios hace más de dos décadas”.
La sorpresa es otra Ciro: el repudio juvenil en contra tuya y de Lorenzo porque ¿dónde están los censores, los clasistas, los racistas, los dictadorzuelos? ¿En la 4T o en el INE?
Aunque en la universidad pueden caber todos, y si por mi raza hablara el espíritu, yo quisiera una UNAM cercana a Arnaldo Córdova y alejada de Lorenzo Córdova. Dos legados distintos, distantes. En el nombre del padre, un enorme sí para Arnaldo y un despreciable no para Lorenzo.