Por Francisco Tijerina Elguezabal
“Para algunas cosas disponemos de un talento natural; otras hay que aprenderlas. Algunas cosas, sencillamente, somos incapaces de hacerlas”. // Sidney Lumet
El que la Policía Regia se haga cargo de la seguridad de la capital del estado ha sido un anhelo de varios alcaldes de Monterrey; no lo han logrado por una sencilla razón: presupuesto.
Al ubicarse en el mismo lugar que la sede del Gobierno Estatal, desde hace años se encargó a la entonces Dirección de Seguridad Pública del Estado el cuidar de Monterrey, relegando y minimizando al cuerpo de policía del municipio. Vinieron esfuerzos, intentos, se creó la Policía Regia y se dividió el patrullaje y cuidado con la Secretaría de Seguridad, específicamente con Fuerza Civil, pero el sueño sigue ahí.
Hace poco tiempo el tema ha retomado fuerza y se habla de que en breve la administración estatal le traspasará al Municipio de Monterrey la responsabilidad, a fin de que la dependencia encargada de la Seguridad realice otras tareas de mayor impacto.
Sin embargo, y es aquí donde empiezan los asegunes, resulta que una reciente encuesta de la empresa Factométrica ubica en el último lugar al municipio regio en una encuesta sobre calificación de sus cuerpos de policía en toda el área metropolitana, con apenas un 30 por ciento de aprobación.
¿Cómo puede aspirar Luis Donaldo Colosio a que le entreguen la responsabilidad de cuidar la vida y patrimonio de los regiomontanos si los ciudadanos no confían en él y sus policías?
El indicador no es poca cosa y los funcionarios de todos los niveles de gobierno, esos que presumen una excelente coordinación, deberán discutir a profundidad la conveniencia de que le suelten ese tigre al joven alcalde que, por la calificación que le otorgan los ciudadanos, no está cumpliendo con su encomienda.
El tema está para pensar…