Por Francisco Tijerina Elguezabal
Decía Ortega y Gasset: “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo”.
El alcalde Colosio afirma que en su primer año de gobierno invirtió 800 millones de pesos más que su antecesor en el mismo período, lo cual suena bien, si no fuera porque…
Puede que sea el mismo lapso, pero no las mismas condiciones, porque a Adrián de la Garza le heredaron un sainete administrativo y una megadeuda, misma que se dedicó a resolver justo en su primer año de administración.
De la Garza recibió el municipio con un pasivo a largo plazo de 2 mil 100 millones, más 564 millones de corto plazo y mil 100 millones no registrados, de los que en sus primeros 12 meses liquidó mil millones.
Parece lo mismo, pero no es igual y aunque las palabras del actual edil regiomontano sean ciertas, la verdad es que a nivel de cancha Juan Pueblo no logra identificar en dónde se ubican o cómo se reflejan los mil 700 millones que asegura ha invertido en más de 200 obras que tampoco se ven en la ciudad.
No dudo que así haya sido, pero entonces se refuerza la teoría de que el principal problema de Luis Donaldo es su comunicación que falla irremediablemente, porque los regiomontanos no tiene ni idea de en qué se ha gastado el dinero y qué ha hecho.
Y menos lo podrán saber cuando el alcalde presente el balance anual de resultados con un mensaje de escasos 12 minutos en donde habla de generalidades y no aterriza sus acciones, prioridades y proyección de futuro.
No, definitivamente, no, no es igual atrás, que en ancas.