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Por Francisco Tijerina

El hablar que no termina en acción, mejor suprimirlo. Thomas Carlyle

Soy optimista, me gusta siempre ver los vasos “medio llenos”.

Soy optimista y deseo firmemente que le vaya bien al gobierno de Samuel García porque así le va bien a Nuevo León.

Entiendo que los informes de gobierno son para hablar de los avances y logros y sí, hay cosas qué resaltar en el primer año de gestión de la actual administración estatal, pero no tantas como ayer se dijo.

Porque luego de escuchar el informe de Samuel terminé con un sabor agridulce en la boca porque sí, es verdad, hay muchas obras, pero sólo en el papel, en la planeación, en el futuro y algunas de ellas, lo dijo el propio gobernador, tenían décadas también en el papel.

Sin embargo no se han iniciado, están a punto de arrancar, pero no hay muchos logros específicos que se puedan festinar.

Sí, se agradecen las 500 mil vacunas para trabajadores y el esfuerzo de las dosis para niños sí, es verdad, vienen grandes inversiones y creación de empleos; sí, es cierto, hay mayor captación de impuestos y una planeación financiera.

Pero a pesar de lo anterior me sigo quedando con la sensación de que es como un equipo de futbol que juega bien pero que al final no concreta y no mete el balón en la portería de los contrarios.

Si los camiones que nos dijeron estarían aquí desde hace meses no hay llegado, ¿por qué hoy sí creer que todos los planes, proyectos, ideas y programas ya están en proceso? Estamos peor que hace un año.

Recién han arrancado con las excavaciones para el acueducto de El Cuchillo 2, ya se licitaron las nuevas líneas del Metro (aunque los vecinos del sur y Guadalupe siguen encanijados).

Lo dije y le repito: no se ha resuelto la crisis del agua, a pesar de lo que se dijo, hoy existen colonias en las que no hay suficiente abasto; se avanzó, sí, pero sin lluvias esto se repetirá en breve y a pesar de los pozos y las aportaciones privadas, del bombardeo y lo que nos quieran decir, el agua se acabará.

Reparar 500 escuelas de la mano de particulares y organizaciones privadas, cuando había más de seis mil en malas condiciones, no es el gran avance.

Se están haciendo grandes esfuerzos en materia de seguridad pero el reto es enorme y para que los resultados se puedan palpar se necesita de tiempo.

Soy optimista, veo el vaso medio lleno, pero también soy realista y me parece que es la hora de meter el acelerador a fondo para empezar a concretar y convertir en realidad los grandes planes de este gobierno.

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// Francisco Tijerina

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Autor: stafflostubos
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