Tras varias semanas de reforzamiento de campaña, la segunda vuelta para definir al próximo presidente de Brasil llegó y tanto Jair Bolsonaro y Lula Da Silva se verán las caras en las urnas este domingo.
Después del último debate televisado el viernes por la noche, ambos se acusaron incesantemente de mentir como último recurso de cara a la elección de la segunda vuelta.
Lula se impuso en la primera vuelta con 48 por ciento de los votos contra 43 de Bolsonaro, un resultado que quebró las proyecciones que anticipaban una ventaja holgada del ex mandatario.
En la encuesta del jueves del Instituto Datafolha, el líder de izquierda va adelante con 53 por ciento contra 47. Este sábado, publicará el último sondeo.
Bolsonaro, de 67 años, encabeza una caravana de motociclistas en Belo Horizonte, capital de Minas Gerais (sureste), el segundo mayor distrito electoral del país luego de Sao Paulo.
El mandatario busca la reelección después de cuatro años de un gobierno marcado especialmente por la crisis sanitaria y económica que desencadenó la pandemia y que mató a 688 mil personas en Brasil, sus tensas relaciones con las instituciones y críticas internacionales por su política medioambiental.
En la recta final hacia el balotaje ha presentado como logros de su gobierno la lenta recuperación de la actividad, principalmente el reciente retroceso de la inflación y el desempleo, que se ubicó en 8.7 por ciento a septiembre.
Durante meses, Bolsonaro cuestionó sin pruebas el sistema electrónico de votos, despertando temores de que no acepte los resultados del próximo domingo.
Este viernes dijo, sin embargo, que «el que tenga más votos, gana», al ser interrogado en una breve entrevista después del debate si aceptaría una eventual derrota.
«Eso es la democracia», añadió.
Con información de agencias