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Por Félix Cortés Camarillo

que buscando vas cariño, con tu carita pintada

con tu carita pintada y tu corazón herido…

Fernando Z. Maldonado, «Amor de la Calle»

Es probable que el presidente López, a partir de las marchas en defensa del INE del domingo pasado, haya cambiado de asesores políticos o de medios; la actitud de un despótico y grosero desdén durante toda la semana pasada mutó en una de aceptación de, por lo menos, la capacidad de convocatoria a una expresión masiva de descontento hacia una de sus políticas fundamentales, la de transformar al INE en una dependencia del Ejecutivo que le cumpla sus deseos. Ya hemos visto en estos cuatro años que una posición en el gabinete de gobierno no es necesariamente una garantía de permanencia: a nivel secretarios de Estado se han hecho cambios notables y nada escasos.

Menos factible es que el presidente Lopitos haya cambiado su óptica calificativa; Andrés Manuel no se inclina al cambio, por más que sea su bandera política desde siempre. Él es, y lo reconoce con frecuencia, terco hasta la más extrema obstinación.

¿Qué sucedió el domingo pasado?

La gente, eso que él llama el pueblo bueno y sabio, le ganó la calle. La calle que ha sido permanentemente dominio suyo e instrumento de presión. La danza de las cifras no importa: lo que sí importa es que la gente, sin un liderazgo claro y eficiente, le ganó la calle al peje. Hay que imaginar qué hubiera pasado si la oposición inepta tuviese un líder carismático y hábil como lo es el presidente López.

Pues ese líder carismático y eficiente ha decidido volver a la calle y llenar el Zócalo. Le han pedido, dijo ayer en su perorata matutina, muchos ciudadanos, que marche del Ángel al Zócalo para darles un sopa de su propio chocolate a Claudio X. González y compañía. O a todos los que convocaron la marcha del domingo pasado.

Con sus diferencias, claro, porque entre los demagogos también hay clases. Y una de esas clases es la de los priístas rejegos, como lo es el presidente López, que aprendió malas mañas en la catedral de las mañas malas, especialmente cuando se tiene el poder y los recursos que el poder aporta. Ya le cayó el chahuistle a los gobernadores de dos docenas de estados de la república, que tendrán que aportar, y pagar desde luego, al mayor contingente de apoyo al señor presidente. Tortas, gorras, chescos, pancartas, fotos y animadores profesionales de masas no van a dejar morir solo al presidente. Me cae que el Zócalo va a ser insuficiente. Y porque el pueblo lo ha pedido, esa concentración no será el primero de diciembre con motivo del informe presidencial; ya le dijo el pueblo sabio que el día 1 es laboral y que mejor haga su marchota el 27 de noviembre. Y así se hará. Y el que le falle al presidente ya sabe cómo le irá.

No cuenten conmigo; como no contaron conmigo para la del domingo pasado.

PARA LA MAÑANERA (Porque no me dejan entrar sin tapabocas): Como si fueran políticos a la mexicana, los demócratas y republicanos de los Estados Unidos asumen que fueron los triunfadores en las elecciones intermedias del otro día. A grado tal de que como era de esperarse Donald Trump anunció ya que va por la revancha –que eso es para él la presidencia de los Estados Unidos- en el 2024.

Allá ellos.

‎felixcortescama@gmail.com

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Vía / Autor:

// Félix Cortés Camarillo

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Autor: stafflostubos
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