Según Guillermo Rocha, especialista de la Facultad de Psicología de la UANL, los cuadros se incrementan por comparaciones, pérdidas y recuentos que hace el afectado de lo ocurrido en el año
Aunque la época navideña y de fin de año se maneja como una en la que todos deben estar felices, de fiesta o en familia, la realidad es que, según Guillermo Rocha González, coordinador de la Unidad de Urgencias Psicológicas de la Facultad de Psicología, es una etapa en la que aumentan los cuadros depresivos y de ansiedad; informó MILENIO.
El catedrático de la Facultad de Psicología (FaPsi) de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) señaló que por las expectativas que se generan, por las comparaciones, por las pérdidas y por los recuentos, éstos solo toman la parte negativa.
“En esta época se incrementan los cuadros depresivos, sobre todo los cuadros de ansiedad, mucho basado en las expectativas que tenemos.
“Por ejemplo, este mensaje de todos estar felices, festejando, disfrutando, en familia, además que esto no siempre es alcanzable, no siempre es realista, y hace que tengamos esta comparación de ‘todos los demás están muy bien y yo estoy muy…’, eso es una de las cuestiones que influyen”, explicó el especialista.
A decir de coordinador de la Unidad de Urgencias Psicológicas de la UANL, la conclusión de los 365 días se presta para revivir historias tristes del año que se va o periodos anteriores, y al conjugar esas nostalgias con un presente o futuro, con una especial sensibilidad como la Navidad, dijo, genera también esta alza en temas relativos a la salud mental.
“También se junta con el tema o situaciones de pérdidas no elaboradas que se hayan dado durante el año, que conforme se acerca el fin del mismo, hacemos un recuento de cómo nos fue. Y nos enfocamos más en lo negativo o en las historias complicadas, y de alguna manera es como volver a sentirlas, revivir una historia triste, y lo juntamos con un evento sensible como la Navidad y el Fin de Año”, destacó.
Por otra parte, Rocha González enfatizó que a diferencia de lo que se pudiera percibir o pensar, en esta época se tiene un descenso en los suicidios, debido a que, explicó, existe por parte de la persona en crisis, una consideración respecto a la felicidad de sus familiares; señaló MILENIO.
“Estadísticamente hay menos suicidios, en los años anteriores, la verdad que con esto de la pandemia todo ha sido muy diferente, pero en los años anteriores diciembre y enero son época de menos suicidios consumados.
“Y uno de los factores que nos repite la gente que atendemos es el tema de ‘no me suicido para no arruinarle la Navidad a mi familia’, así que sí suele ser como un factor protector”, señaló.
Aunque aumentan los cuadros depresivos, agregó, en cuestión de atenciones, hay un descenso a causa de que la gente se confía, y esa confianza se vuelve un factor de riesgo por no darle a una alerta la importancia requerida.
“Aumenta el tema depresivo, sí, aunque baja mucho el que la gente busque ayuda, precisamente por este escenario de que están más enfocadas en la fiesta, o en el fin de año o en otras cosas.
“Y esto luego se vuelve otro factor de riesgo, porque la gente se confía y no le da mucho peso o interés, en este caso, de atenderse”, pronunció.
Por último, y como parte de las recomendaciones, Rocha González expresó lo vital que se vuelve para personas que ya cuentan con un diagnóstico de salud mental mantener una rutina que les esté ayudando a estar bien, y mantener el autocuidado en los temas de sueño y alimentación.
“Hay que aprovechar esto como un tiempo de descanso, de convivencia, no necesariamente tener que estar con este apuro de regalos, y que sea en especial una época de descanso, porque luego esta euforia que se va desbordando con una necesidad de estar haciendo, corriendo, celebrando, comprando, luego nos da una sensación de una pérdida de control”, concluyó.
Imagen portada: MILENIO
