Por Obed Campos
No se necesita llevar un conteo siniestro o tener a la mano la herramienta de las encuestas, ni tener dos dedos de frente para darse cuenta de que estamos atravesando por una de las más violentas épocas que se hayan vivido en Nuevo León en los últimos años.
Al menos en el rubro de homicidios dice El Norte, que comparando las cifras hasta diciembre pasado, el año 2022 quedó en el nada honroso tercer lugar de asesinatos, detrás del 2011 y 2012.
Por si le sirve el dato, en el año 2011 se registraron 2 mil 3 crímenes que terminaron con alguna muerte, lo que lo convierte en “el año más violento de la historia reciente en Nuevo León”.
En el 2012 hubo mil 459 homicidios dolosos, en tanto que el año pasado, el 2022 se registraron mil 428 homicidios y solamente en diciembre ocurrieron 111.
Y al ver los números y los hechos recientes queda clara una cosa: que ni los hombres de la ley se salvan ante la ola criminal que azota la entidad. Nada más el lunes, bandas de delincuentes asesinaron a tres policías en Salinas Victoria.
Pero los enfrentamientos no terminaron y las gavillas de malhechores siguen medrando en la zona.
Y entonces, de qué sirve la pomposamente bautizada “Comisión de Justicia y Seguridad Pública”, que preside el diputado priista Javier Caballero Gaona, seguido por el del Verde, Raúl Lozano Caballero y la panista Adriana Paola Coronado Ramírez.
De este trío ante los sangrientos hechos ni sus luces.
No hubo lamentación ni promesas de atender las necesidades de las familias de los policías caídos…
Porque al menos de propuestas de ley, para endurecer las penas para aquellos que ataquen a las fuerzas del orden… puros sueños guajiros.
¿Y esos diputados a los que usted y yo les pagamos sus onerosos sueldos? Pues como decimos en el rancho, comiendo con manteca de sus jugosas dietas.