Un cilindro metálico polvoriento, sin anillo de seguridad, y dos tornillos alterados llamaron la atención de los trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo (STC). A diferencia de las piezas nuevas o que han recibido mantenimiento, el objeto mostrado en conferencia de prensa por Guillermo Calderón Aguilera, director general del Metro de la Ciudad de México, desató una carretada de llamadas telefónicas y comentarios en chats grupales donde participan mecánicos, ingenieros y choferes; informó MILENIO.
“Esos tornillos eran viejos, piezas de reúso”, comenta un empleado de talleres a MILENIO, antes de explicar que el personal que colocó las piezas conocía en qué momento podían fallar, causar un accidente. “Se sabe cuántos meses de vida útil tiene un tornillo o unas zapatas (piezas de madera que forman parte del mecanismo de frenado)”, explica un ingeniero.
Los trabajadores consultados se refieren a las razones que, según las autoridades capitalinas, provocaron el accidente de la Línea 7, cuando se desacoplaron dos vagones al llegar a la estación Polanco, donde se registró uno de los recientes “incidentes atípicos y premeditados”, como les llamó la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.
Tras realizar peritajes preliminares, Calderón Aguilera explicó que durante la revisión de las vías “no se encontró el anillo de seguridad que sujeta al cilindro”. En un documento del STC también se señala que “se encontró un tornillo flojo y otro degollado en la placa de seguridad que impide salga el cilindro central. Ambas situaciones provocaron la caída del cilindro y el desacoplamiento de los vagones”.
Los accidentes recientes provocaron que unos seis mil elementos de la Guardia Nacional se desplegaran en las estaciones del Metro, una medida que ha provocado manifestaciones ciudadanas de protesta. Se espera que este viernes ocurra una movilización masiva contra las medidas tomadas por las autoridades capitalinas.
Uno de los mecánicos consultados por este diario está convencido de que la colocación del cilindro sin anillo de seguridad y los tornillos alterados forman parte de las evidencias que apuntan a que hubo “mano negra” previo al accidente del 15 de enero. “El asunto sólo pudo ser perpetrado por trabajadores que conocen la operación técnica del Metro, que tienen acceso a los talleres, a los garajes”, añade.
“Todo esto ha sido un sabotaje programado por la administración de Fernando Espino, quien realmente lleva la administración de la empresa del Metro”, asegura un mecánico que trabaja lleva dos décadas trabajando en los talleres.
Y explica que el “sabotaje deliberado” comienza al momento que se realizan las compras, cuando la gente del sindicato decide qué empresas obtienen los contratos. Desde esa etapa se establece la calidad de los productos y cuánto tiempo pueden durar funcionando en condiciones óptimas. No es lo mismo un tornillo que otro. Los líderes sindicales, dice, determinan hasta el tipo de estopas, aceites y la calidad de la madera de las zapatas.
La visita de los ingenieros militares
Media docena de mecánicos, ingenieros y una conductora consultados por este diario coinciden en que los “incidentes atípicos” se deben a que trabajadores cercanos al líder sindical, Fernando Espino Arévalo, han alterado piezas con la finalidad de afectar al director general del Metro, Guillermo Calderón.
La disputa política entre ambos personajes se debe a que desde que llegó a la dirección del STM, a mediados de 2021, Calderón disminuyó el presupuesto en diversos rubros destinados al sindicato, además de haber establecido mecanismos de supervisión para evitar saqueos, como el robo de una veintena de motores ocurrida durante la pandemia; señala MILENIO.
Aquel incidente, denunciado penalmente por la fiscalía local, estableció probables responsabilidades de trabajadores cercanos a Espino, quienes habrían sustraído los equipos de talleres de Ticomán y Zaragoza, con la finalidad de fundir el cobre y venderlo en el mercado negro. Otros aparatos fueron simplemente limpiados para luego ser revendidos al Metro, dicen. Cada motor tiene un valor aproximado de 500 mil pesos.
En vez de ser sancionados, los trabajadores involucrados en el robo fueron ascendidos de puesto recientemente.
Las fuentes consultadas aseguran que el freno a los saqueos ha generado molestia en el entorno del líder del Metro, quien lleva más de cuatro décadas manejando los hilos del sindicato. “Acá es un secreto a voces que Espino quiere tumbar a Guillermo Calderón, todos sabemos que los accidentes no son casualidad, son intencionales”, comenta una chofer que lidia día a día con túneles sin luces, falta de señalamientos y crujidos raros que le hacen temer que en cualquier momento pueda llegarle la ahora de ser protagonista de un percance.
–¿Qué ambiente se vive por estos días entre los trabajadores del Metro?
–Miedo. Todos estamos atrapados por el miedo. Miedo de terminar formando parte de un accidente, miedo a que nos pase algo, miedo a la agresividad del líder sindical.
Por estos días, los allegados de Espino sostienen reuniones diarias, se encuentran nerviosos por la presencia de ingenieros militares, quienes desde el 12 de enero han visitado al menos once talleres, subestaciones, almacenes y puestos de control.
Algunos empleados del STC adelantan a MILENIO que los especialistas adscritos a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) han detectado que se han desatendido procedimientos establecidos, que se reutilizan piezas viejas, que se alteran artefactos y se dañan deliberadamente cables y luces.
También han podido advertir que el 50 por ciento de las cámaras no están en funcionamiento. Aun así, los trabajadores que acompañaron a los ingenieros militares aseguran que tuvieron acceso a videos que ya se encuentran en etapa de análisis. La información recabada será compartida con las autoridades capitalinas y, eventualmente, formará parte de la carpeta de investigación que se encuentra en manos de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México.
Al llegar Calderón a la dirección del Metro, asegura un líder disidente del sindicato oficial, empresas ligadas a Espino perdieron contratos, sobre todo en los rubros de refacciones, fumigación, servicio médico y uniformes, así como una baja considerable en el presupuesto destinado a celebraciones de los miembros del sindicato.
Imagen portada: Milenio