Por Francisco Tijerina Elguezabal
“Niño, deja ya de joder con la pelota…”
Joan Manuel Serrat
Ayer una columna política de un diario criticaba a la Secretaría de Igualdad Sustantiva, Inclusión y Derechos Humanos de Guadalupe, por la realización de un curso de «auto-maquillaje», diciendo que “se quedaba corta” porque aunque la iniciativa municipal podría ser buena, hay quienes cuestionan que ésta se enfoque en buscar que las mujeres mejoren sus técnicas personales para maquillarse y no al autoempleo para que emprendan un negocio”.
Y no conformes con lo anterior, a su molestia añadían que no les parecía el cobro de 50 pesos de inscripción.
Me parece que son ganas de fastidiar, porque no alcanzo a entender el origen de la queja. Toda mujer, de toda condición, lleva en su ADN el gesto y gusto por la coquetería, por el arreglo personal, por ponerse y sentirse bonita, ¿qué les estorba o molesta que en un curso de 50 pesos (por piedad, son 50 pesos), les pasen tips y recomendaciones de cómo arreglarse para verse mejor?
Nunca falta un extraviado que confunde las paridas con las preñadas y la gimnasia con la magnesia y que pretende hacer de cualquier cosa un escándalo, pero hay que ser cuidadosos de no caer en excesos, ni intentar ser más papistas que el Papa.
¿Miento? Cheque el dato: dese una vuelta por cualquier colonia popular, de esas de asentamientos irregulares, en las que sólo existen tejabanes que se roban la luz, que tienen piso de tierra y carecen de agua; si usted es observador, se percatará que una buena cantidad de las mujeres que viven ahí tienen el cabello teñido, ¿por qué será?
Pero más a favor de mi posición: ¿cuánto costará el tinte para el pelo que se aplican y de dónde saldrá el dinero?
El comentario, más grilla con ánimo joditivo que denuncia, termina exhibiendo al denunciante y también a quien le dio cabida en su espacio, dado que la premisa expuesta resulta imposible de cumplir ya que en el caso de que les impartiesen cursos de autoempleo a las mujeres, estas pudiesen tener clientela sin haber antes sido capaces de arreglarse ellas mismas. O sea, ¿cómo te explico?
El sentirte bien es un elemento básico para los que se encuentran en una posición vulnerable y en ello el arreglo y maquillaje de una mujer es parte esencial. Se quieren ver guapas para sus parejas, sí, pero principalmente se quieren ver bonitas y arregladas para ellas mismas, porque a pesar de la pobreza, de no tener muchas cosas, de faltarles para la comida y tantos otros temas, lo menos que puede mantener es la actitud y en ello la imagen personal es un elemento clave.
Bien por la Secretaría de Igualdad Sustantiva, Inclusión y Derechos Humanos de Guadalupe, su iniciativa merece todo nuestro reconocimiento y ojalá que hagan más cursos así, elevando la autoestima de mujeres, hombres y niños, porque en la medida que lo logren podrán enfrentar retos mayores para salir adelante.