Por Obed Campos
Desde el domingo en la noche se dio a conocer que un imbécil (porque no se le puede poner otro calificativo) estuvo a punto de causar una tragedia al lanzar una piedra contra una camioneta en movimiento la noche del domingo sobre una atestada Carretera Nacional.
En los corrillos políticos cuentan que para taparle el ojo al macho, Luis Donaldo Colosio Riojas, alcalde de Monterrey, se compró una propiedad en esa exclusiva zona y se mudó ahí después de vivir por años en un penthouse en Santa Catarina.
Pero ni la cercanía de la residencia del alcalde ha servido de nada en cuanto a la seguridad de la zona.
Una dama, una madre de familia, de 42 años, terminó con lesiones serias en la cara y el cuello, luego de que la piedra atravesara el parabrisas del vehículo de su familia en el que regresaba a Monterrey.
Tras la agresión, la mujer tuvo que ser llevada de emergencia al Hospital Universitario para ser atendida.
La pedrada que pudo tener peores consecuencias ocurrió a la altura de la comunidad de Los Cristales, ya en territorio de la capital regiomontana, es decir, en terrenos de Monterrey.
Sin embargo, hasta el momento, no ha habido reacción oficial de ninguna autoridad, ni de la Guardia Nacional, División Caminos, que se supone guarda la vigilancia en esa rúa, ni de Tránsito de Monterrey, cuyas funciones y limitaciones en la Carretera Nacional no quedan muy claras.
El punto es que, se supone que un sujeto afectado de sus facultades mentales fue quien lanzó la piedra al vehículo… Y que no es la primera vez que lo hace.
Y es aquí donde vuelvo a preguntar ¿y las policías? ¿y las autoridades?
Y para que vea usted que lo que menos le importa al alcalde de Monterrey es atender los problemas ciudadanos, Luis Donaldo Colosio, de quien como ya dije, trascendió que ya compró una casa por esos rumbos, no ha dicho ni pío.
Y Luis Donaldo no ha actuado porque los regiomontanos estamos en el último lugar de la fila de sus intereses… El sigue soñando con irse a vivir a Palacio Nacional.
Así que mientras Luis Donaldo siga como alcalde, olvídese usted que problemas tan cotidianamente serios como este tengan solución alguna…
El hombre sigue volando en alfombra mágica.
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