Por José Jaime Ruiz
Francisco Masse lo explicó en Excélsior: “…una de las líneas argumentales corre en torno al hecho de que el Buzz Lightyear que protagoniza la historia cree firmemente –porque fue programado para ello– que él, y sólo él, es el verdadero Buzz Lightyear, una especie de superhéroe equipado con un traje de alta tecnología que le permite volar y lanzar rayos láser, y que se encuentra en una peligrosa misión espacial. Esto causa la molestia y la burla de los demás juguetes, que tratan de convencerlo de que ‘sólo es un juguete’ sin poderes especiales. Y, a mitad de la trama, el crédulo Buzz ve sin proponérselo un comercial de TV en el que aparece otro como él siendo manipulado por un niño, y que termina con la toma de un pasillo de juguetería repleto de Buzz Lightyears en sus cajas. Podemos ver en sus ojos pintados cómo su corazón de polipropileno se rompe. Estaba equivocado: no es Buzz Lightyear. Es sólo un juguete y no tiene poderes especiales”.
La instalación de la planta de Tesla en Nuevo León no resuelve los problemas de Nuevo León. El anuncio en Austin y las fotos compartidas no anulan la contaminación mortal que padecemos, la inseguridad (incluyendo cada vez más los secuestros de jóvenes como mano “calificada” para el narco), los feminicidios, las horas perdidas por una movilidad quebrada, la crisis hídrica. La ilusión puede viajar en Tesla, pero la realidad supera ese optimismo infantilizado de “hasta el infinito y más allá”. El gobernador Samuel Alejandro García Sepúlveda vende a los nuevoleoneses futuro pero, cito de memoria, quien construye la casa de la felicidad futura, edifica la cárcel del presente (Octavio Paz). Eso, para ser un chisguete leninista: la enfermedad infantil del futurismo…
Dudo que Elon Musk sea el mejor aliado de la 4T. Dudo, inclusive, que sea un aliado de lo que todavía llamamos humanidad. La certeza de las críticas del filósofo Slavoj Žižek son críticamente vigentes:
1.- Sobre el capitalismo digital: “Zuckerberg y Elon Musk son mucho más peligrosos que Donald Trump”.
2.- Elon Musk presentó, en una rueda de prensa en Los Ángeles, la primera prueba viviente del éxito de su proyecto Neuralink. Exhibió lo que era, en sus palabras, “un cerdo sano y feliz”, con un implante que hacía legibles sus procesos mentales en una computadora. Tengo curiosidad por saber cómo descubrió que el cerdo estaba feliz…
3.- Más fundamentalmente, la distancia entre nuestras vidas íntimas, el flujo de nuestros pensamientos y la realidad externa, es la base de nuestra percepción de la libertad. Somos libres en nuestros pensamientos exactamente hasta el punto en que están a cierta distancia de la realidad, de modo que podemos lidiar con ellos, hacer experimentos reflexivos y participar en sueños, sin consecuencias directas con la realidad. Nadie puede controlarnos en este campo.
4.- Aunque parte de esto puede explicarse por hechos simples (la mayoría de los máximos del mercado de valores pertenecen a unas pocas empresas que prosperan ahora, desde Google hasta Tesla), lo que vemos es una disociación entre la circulación y especulación financiera con la producción y las ganancias. La verdadera elección es entonces: ¿en qué tipo de poscapitalismo nos encontraremos?
5.- No quiero utilizar la palabra neoliberalismo porque estoy de acuerdo con mi amigo Yanis Varoufakis en que el capitalismo de hoy es menos neoliberal de lo que pensamos, se acerca más al neofeudalismo. Unas cuantas megacorporaciones privatizan campos enteros de bienes comunes. Ahora en Twitter decide Elon Musk.
Sublimar a Tesla, como lo hace el gobernador de Nuevo León, es un error. Mismo error de la 4T. Hay que revisar a Tesla y comprender las aviesas intenciones de Elon que pasan por la conectividad del humano-computadora y por la fabricación de carros eléctricos que también tienen su cadena de producción en contra del ambiente. Y si porque viene Tesla los congresistas de Nuevo León y el PRIAN van a ceder a las pretensiones del doctor Samuel, el gobernador se equivoca de nuevo.
García Sepúlveda propone mágicamente superar los conflictos políticos de Nuevo León: “Juntos incluyo al Gobierno federal, y juntos debemos estar los poderes en Nuevo León, empezando por mi persona… Permítanme plantear un nuevo capítulo, el reto es tan enorme que no podemos desperdiciar un minuto más en peleas banales”.
Peleas banales que las inició el doctor Samuel al chantajear a sus opositores usando la Subsecretaría de Administración Tributaria como brazo político. También rompiendo una y otra vez acuerdos con congresistas y alcaldes. Más que política ficción, política ilusión.
“Somos el futuro de México, este gobierno que se empeña en ser lo nuevo, es futuro”, pregona desde su lúdica caja en venta Samuel García. La enfermedad infantil del futurismo. El Complejo o el Síndrome de Buzz Lightyear lo recorre, lo habita: hasta lo finito y aún más acá, es decir, peor. Ni Andrés López Obrador ni Elon Musk lo salvarán políticamente. En este siglo, se sabe, la distopía ilusiona más que la utopía.
