Por José Jaime Ruiz
El 26 de febrero de 2022 los medios dieron a conocer una denuncia penal por irregularidades detectadas en los Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey, se involucró a 16 funcionarios, dos destacados: el ex director de Administración y Finanzas, Juan Manuel Rodarte, y el ex director de Operaciones, Juan Carlos Pulido a quien, desde su enfado, el gobernador Samuel Alejandro García Sepúlveda bautizó como Don Corleone. No era para menos, licitaciones amañadas y pagos cuestionados ascendieron a 240.5 millones de pesos.
Carlos Garza Ibarra repitió como tesorero y secretario de Finanzas en este gobierno –tuvo el mismo cargo en el sexenio pasado– y participó en los consejos de administración de organismos señalados por corrupción, como Agua y Drenaje y el Isssteleón, ¿no se dio cuenta de las malas cuentas de esos organismos o participó en el baile de los ladrones?
El poder fáctico del tesorero es la lana y a partir de ahí extiende y maneja acuerdos políticos. Sus “errores” no son indagados ni por la clase política ni por los medios de comunicación, en la danza de los millones bailan casi todos. Carlos mantiene hombres de toda su confianza en diversas partes, por ejemplo en Agua y Drenaje. Ahí está Humberto Panti como director de Administración y Finanzas, quien recibe instrucciones directas del tesorero estatal.
Entre sus funciones de plagiario, Panti tiene secuestrada el área de Comunicación Social. Ya no está Don Corleone, pero tal vez arribó un Scarface quien tergiversará de nuevo los recursos públicos de Agua Drenaje: no la limpidez del agua (rendición de cuentas, transparencia) sino la fetidez del drenaje (corrupción e impunidad). ¿Qué puede hacer la allegada de Juan Ignacio Barragán, Elisa Tagle, ante esta violencia burocrática?
¿Peor imposible? Peor, posible. Glen Villarreal, ex director de Comunicación Social del Gobierno del Estado, controla las fugas, pero no las fugas de agua, las otras fugas. Para cualquier organización humana dos cosas son imprescindibles: controlar la administración y controlar la seguridad. ¿Por qué Félix Arratia, dada la confiabilidad que le tiene el gobernador, no tiene un puesto de “supersubsecretario” en la Tesorería del Gobierno del Estado? Con ello Samuel Alejandro controlaría las finanzas públicas de Carlos Garza Ibarra y de los organismos públicos… y sin necesidad de que esa superdesignación pase por el Congreso local. El gobernador, regresando de Nueva York, lo podría reflexionar. Todo para que la posibilidad de una limpidez de su administración se imponga sobre el drenaje de funcionarios que lo traicionan.