Por José Jaime Ruiz
…el sexo es una escuela de humildad, sobre todo para el hombre, porque el sexo del hombre es un órgano desobediente. En la cama las mujeres pueden hacer lo que quieran, son libres. Como se suele decir, las mujeres en la cama hacen lo que quieren, el hombre hace lo que puede. De ahí esta lección de humildad. Por esta razón el sexo es tan placentero, por esta fragilidad que siente el hombre. Y esto es algo que tenemos que aceptar.
No podemos vivir sin esperanza. Yo propongo que a esto opongamos el deseo que lleva a actuar, es decir, el deseo sí depende de nosotros, la acción depende de nosotros. Podemos actuar en todo lo que depende de nosotros. Hay que amar en vez de esperar ser amado. Yo digo: actuar un poco más y amar un poco más y esperar un poco menos. La sabiduría es vivir sin temor.
Sí, la esperanza es uno de los grandes opios de todas las épocas. Lo que nos hace vivir es el deseo, la voluntad. La voluntad de acción. La esperanza no depende de nosotros. No la podemos alcanzar.
El hombre más inteligente del mundo puede ser un amante mediocre. Lo que quiero decir con esto es que puedes ser el ser más brillante, más inteligente, más culto y sin embargo no valer nada como amante.
No hay más que entrar en internet y ver las películas porno, que dan pruebas de violencia, estupidez, vulgaridad y misoginia, que es el odio a la mujer. Esa clase de sexo, el porno, se parece mucho al odio. Hay que ser conscientes de esa tensión constante entre moral y sexualidad. Lo que tiene que hacer el ser humano es aportar moralidad al sexo, que por definición es amoral.
…lo primero que ocurre cuando Adán y Eva pecan es darse cuenta de que están desnudos, y se empiezan a avergonzar de esta desnudez. Es gracias al pudor que la desnudez se vuelve erótica. Esto es la erotización del sexo, y de hecho creo que la virtud es la mayor erotización del sexo. Si aquí estuviéramos desnudos nos sentiríamos incómodos, avergonzados. Sin embargo no hay ninguna razón para ello. El cuerpo no es inmoral. Cuando vemos a los animales esto no ocurre. Cuando ves a dos chimpancés en el zoo desnudos haciendo el amor no sienten la menor incomodidad.
Cualquier cultura, cualquier sociedad, incluso aquellos pueblos que viven desnudos, se esconden siempre para hacer el amor. En ningún pueblo se hace el amor delante de los otros.
Si este mundo fuera solo de hombres hubieran bastado la guerra y el sexo, y tal vez el fútbol. Pero a las mujeres esto no les bastaba y entonces tuvieron que inventar el amor.
El futuro desde luego es de la mujer porque humaniza al hombre y esto, la humanización, es el futuro del género humano.
Una humanidad que se feminiza es una humanidad que se humaniza. Como digo en mi libro, en cierta medida a modo de provocación, el amor es una invención de la mujer. Una humanidad exclusivamente masculina abandonaría el amor. Son las mujeres y las madres las que nos enseñan a amar.
Yo debo tener la libertad de asumir mi lado más animal, más salvaje, pero también mi mujer debe tener la libertad de asumir su lado más animal. Eso es justamente lo que pensaba Kant..
La forma de hacer que algo tan amoral, casi inmoral, como la sexualidad sea aceptable moralmente es que tienen que estar presentes tres elementos fundamentales: la libertad, la igualdad y la reciprocidad.
Tratar al otro como un medio o entregarse a él como una bestia, ¡qué bueno es! De hecho vemos que los animales no son eróticos cuando hacen el amor, porque lo hacen de forma inocente, porque no son inmorales. De ahí que el sexo sea tan extraño. No es que sea inmoral amar, sino que el amor nos libera de la moral.
Ahora bien, yo no tengo el menor interés en contar mi vida sexual particular, sobre todo porque el contar tu vida sexual implica contar la vida sexual de aquellos con los que tienes relaciones sexuales.
…en la sexualidad no se respeta a la persona, no se respeta la dignidad de la persona, se trata a la persona como a un objeto, y se apela al instinto más corpóreo, más animal, más carnal del ser humano…
…el amor, el enamoramiento, no dura toda la vida. El que te diga que después de treinta años de matrimonio sigue tan enamorado como el primer día es que miente.
Hemos pasado de la demonización a la banalización del sexo… el sexo es amoral, es animal, y por eso es tan bueno.
¿Quién es André Comte-Sponville?:
«Soy un filósofo francés, europeo, de comienzos del siglo XXI. Esta sería la respuesta profesional e intelectual. Pero soy también el padre de mis hijos, soy el compañero sentimental de mi compañera sentimental y el amigo de mis amigos. Tenemos una identidad múltiple. Pero si tuviera que decir algo concreto diría que soy el padre de mis hijos, aunque soy también el hijo de mi padre. Sin embargo, de todos los predicados que me puedo aplicar el más importante, el que más me define, es que soy el padre de mis hijos.»