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Las patrañas de Denise Dresser

Por José Jaime Ruiz

@ruizjosejaime

@lostubosmty

Doctorada en el dislate, la académica Denise Dresser profundiza su embuste en el artículo de Reforma acerca de las conferencias matutinas del presidente Andrés Manuel López Obrador. Hace días pidió la disolución de estas conferencias: “Creo que una solución tendría que ser el fin de la mañanera…”, pero en su opinión de hoy, matiza: “Mala mañanera”.

Al recular, Dresser inventa justificaciones:

1.- “En la mañanera no se informa, se adoctrina. En la mañanera no se ofrecen datos verificables, se promueven ‘otros datos’ inverificables. En la mañanera se promueve la polarización, disfrazada de ‘libertad de expresión’. Ahí no hay diálogos circulares, sino difamaciones presidenciales. Ahí no se desmiente el ‘fake news’, se crea ‘fake news’.”

Denise confunde la pedagogía política con la catequesis. En misa la feligresía reza, no inquiere; la mañanera es un recinto plural donde se cuestiona al presidente que, a pesar de Enrique Krauze y acólitos, no es ni mesías ni Supremo Sacerdote. En Palacio Nacional no censuran ni a críticos ni apóstatas, por ahí han desfilado Jorge Ramos, Ricardo Rocha, la misma Dresser, amén de reporteros de medios conservadores como Reforma, El Universal, Proceso.

Sugiere la académica que datos como los avances del Tren Maya, el monto de las remesas, la paridad peso-dólar, la inflación, la inversión de Tesla en Nuevo León, la compra de Iberdrola –o lo que se le ocurra–, no son datos verificables. Y, así, Dresser cuestiona la realidad más real.

Cuando Denise Dresser acudió a la conferencia matutina, López Obrador ni la censuró ni canceló su libertad de expresión, al contrario, promovió un diálogo circular con ella y existe evidencia en videos. En ese encuentro, el presidente en ningún momento difamó a Denise, sólo exhibió su ignorancia. Ella dice que en Palacio Nacional no desmienten “fake news”, sino que la mañanera crea “fake news”. Tengo que recordarle a Dresser que fue en la mañanera donde se desmontó la mentira de Reforma, cuando el periódico aseguró que en una fotografía aparecía la actual presidenta del INE, Guadalupe Taddei, junto al presidente, cuando López Obrador afirmó que no conocía a la funcionaria electoral… y no la conocía. Quien promueve “fake news” es el Reforma, Denise, no la mañanera.

2.- “Hoy quienes se autonombran paladines de la libertad de expresión olvidan cómo López Obrador buscó restringirla cuando era opositor. Olvidan cómo arremetió contra las campañas sucias y el discurso de odio fomentado por Vicente Fox y la oligarquía empresarial.”

En la distopía de su distorsión, Denise Dresser convierte a la víctima, López Obrador, en verdugo de Vicente Fox y de la oligarquía empresarial. Si AMLO “buscó” restringir la libertad de expresión –no la restringió, buscó restringirla, según la académica–, Fox y la oligarquía, con todo el peso del Estado, promovieron un proceso de desafuero en contra de López Obrador, fomentaron un discurso de odio en contra de él y, usemos el verbo, “buscaron” encarcelarlo. ¿Eso lo olvida Denise Dresser? La distorsión como historia.

3.- “¿Acaso quienes hoy defienden la ‘libertad de expresión’ irrestricta de AMLO habrían defendido una mañanera en la cual Peña Nieto llamara ‘provocadores’ a los estudiantes de Ayotzinapa? ¿Una mañanera en la cual Calderón llamara ‘chayoteros’ a periodistas de Proceso? ¿Una mañanera en la cual Fox calificara a AMLO como ‘un peligro para México’? ¿Una mañanera en la cual Zedillo llamara ‘traidores a la patria’ al EZLN? ¿Una mañanera en la cual Salinas llamara ‘enemigos del pueblo’ a quienes votaron por Cárdenas? ¿Habrían tolerado que presidentes del pasado se burlaran de las feministas, bautizaran como ‘pueblo’ sólo a sus seguidores, endiosaran al Ejército y taparan sus tropelías? No. Hubieran criticado el discurso de odio, la retórica polarizante.”

Si la tortuga sueña con la danza, salirse por una tangente es el sueño de cualquier paralelepípedo. Denise Dresser no lo logra. Potenciar el presente o el futuro desde un imposible pasado –ya que no ocurrió–­, es oficio de embaucadores, no de académicos o intelectuales: “habrían”, “habrían”, “habrían” y el “habría”, ese condicional, se sabe, no existe, o existe en la gramática de la especulación, nunca en la realidad, acaso futuro imperfecto de lo pasado.

En un artículo publicado hace años en El País, Álex Grijelmo suscribe: “Es curioso que en nuestra vida cotidiana digamos ‘a Abundio le habría alegrado que Eduviges fuera a su cumpleaños’ y se deduzca que ni Eduviges fue ni Abundio se alegró. Y que en el lenguaje periodístico la frase ‘a Abundio le habría atropellado un camión’ transmita que no sabemos si a Abundio le atropelló un camión, aun cuando Abundio no se encuentre muy bien en estos momentos. Sin embargo, podemos deducir que a Abundio le habría atropellado un camión… si le hubiera atropellado.

“Pero no deseamos adentrarnos aquí en vidriosas cuestiones lingüísticas… Hablamos sobre todo de cuestiones profesionales. Porque tanta duda, tanta frase que insinúa, tanta conjetura, tanto hecho no confirmado… llevan al público la sensación de que los periodistas cada vez comprueban menos lo que dicen”.

Así Dresser: “habrían defendido”, “habrían tolerado”.

4.- Los defensores de López Obrador se “asemejan demasiado a robespierianos cortando cabezas, estalinistas asesinando disidentes, nazis persiguiendo judíos, inquisidores torturando a paganos, y hombres quemando a mujeres en la plaza pública”.

Delirante académica, la exageración de Dresser es execrable con el símil impúdico: aquí ni se cortan cabezas ni se asesina a disidentes ni se persigue a los judíos ni se tortura a paganos ni se quema a las mujeres en la plaza pública. Y, de nuevo, la distorsión: la condenable quema de la figura de la ministra Norma Piña se dio por la degradación del Poder Judicial en México y sus resoluciones en casos como el de Luis Cárdenas Palomino, Rosario Robles, Ovidio Guzmán, Emilio Lozoya, Genaro García Luna, Inés Gómez Mont… Casos que no han sido abordados por la pluma crítica de Denise Dresser.

La patraña como argumento, no quemaron a la ministra sino a lo que simboliza como corrupción del Poder Judicial. La vehemente defensa de Norma Piña por parte de Denise no corresponde al cómplice silencio que ha mantenido sobre el abuso realizado por la secta de Keith Raniere en nuestro país (de la cual formaron parte miembros de la familia Salinas Ocelli y de Alejandro Junco, dueño de Reforma) y Dresser, intelectual feminista, tampoco condena a su pareja sentimental, Víctor Trujillo, y la terrorista misoginia de su personaje, Brozo. En fin, se sabe que la verdadera doctrina de los conservadores es la hipocresía.

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Vía / Autor:

// José Jaime Ruiz

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Autor: stafflostubos
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