Una de las obras nodales de Claude Monet (París, 1840-Giverny, 1926) llegó para su exhibición en el Museo Nacional de Arte. Se trata de Nenúfares, de las primeras pinturas que realizó el artista francés y que marcaron su producción artística; reportó MILENIO.
Héctor Palhares, nuevo director del Museo Nacional de Arte (Munal) y quien curó la exposición Monet. Luces del impresionismo, explicó que se pondera la obra de Monet, padre de esta corriente, a partir de su serie de Nenúfares, pero siempre con la consigna de vincular a este gran artista con la colección de cuadros impresionistas del Munal.
“Nenúfares es la pieza estrella no solo por sus valores plásticos, su color y luminosidad sino porque es la que antecede a la serie que recuerda el gran amor de Monet por este motivo, que pintó durante más de 40 años. Fue la razón a través de la cual él encontró su verdadera maestría, su verdadera complicidad con la naturaleza, y cuando él muere en 1926 en Giverny, lo último que vio fueron los nenúfares de su estanque”.
Nenúfares, de 1908, es una de las tres obras que se exhiben de Monet en esta exposición, tal como adelantó MILENIO en exclusiva. Las otras dos son Valle Buona, cerca de Bordighera (del Museo de Dallas como la obra antes mencionada) y Paisaje en Port-Villez, de la colección del Museo Soumaya.
Nenúfares, obra en forma circular, es una pieza fundamental a grado tal, que cuando el equipo curatorial del Museo de Arte de Dallas la presentó, la propuso como el eje conductor de la exposición Monet. Luces del impresionismo.
Y es que el arte del siglo XX es inconcebible sin las pinturas de nenúfares pintadas por Monet entre 1899 y 1926, inspiradas en el jardín de su casa de campo.
“Tenemos indudablemente que recapitular el tema de los nenúfares en este formato muy innovador para la plástica de Monet, y que dio pie a que el propio gobierno francés revalorara a un artista que había sido rechazado y marginado a lo largo de ocho exposiciones. No obstante, Monet poco a poco fue posicionándose hasta tener un prestigio que lo hará exponer de la mano a Auguste Rodin en París. Para ese momento ambos eran los artistas más importantes de Francia”.
Curadurías transversales
Palhares recordó que Monet tuvo una serie de vicisitudes personales, como salir de Francia durante el estallido de la guerra franco-prusiana, por eso hay pinturas de él en Inglaterra, Italia y diferentes latitudes de Europa.
La exposición despliega una línea del tiempo con las ocho exposiciones impresionistas en las que participó Monet, desde la primera en 1874 (en el Taller del fotógrafo Nadar, el cual fue alquilado) hasta 1886, en que exhibió la mayoría de su obra y posicionó una nueva forma de entender el arte.
El director del Munal precisó que, con la idea de hacer curadurías transversales, se reposicionan y dan nuevos atisbos y miras a las grandes obras que están en las salas permanentes del Munal.
“Monet, quien en su pintura atrapa a la naturaleza, pone en esta exposición, en una misma mesa, en una orquesta de voces, a artistas mexicanos de enorme envergadura, de la talla de nuestro gran campechano Joaquín Clausell, de la mano de Mateo Herrera, así como de Armando García Núñez y de artistas que trajeron la corriente impresionista a nuestro país. Clausell conoció a Monet en su estudio en Giverny, fue testigo presencial de los nenúfares, en esa casa que hoy es museo y que ahora encontramos en esta obra espectacular, pintada en 1908”.
Es una sinergia donde se exhiben 12 obras de arte, es un proyecto que comenzó con la gestión de la maestra Carmen Gaitán, anterior directora del museo, y de Palhares como curador de la exposición. Se trata de una colaboración interinstitucional que reúne grandes colecciones extranjeras, como la del Museo de Arte de Dallas, que por primera vez presta dos piezas de las siete que tiene de Monet, así como un cuadro del Museo Soumaya.
La exposición Monet. Luces de impresionismo, se puede visitar en el Munal hasta el 27 de agosto. Calle de Tacuba 8, Centro Histórico.
Imagen portada: Jesús Quintanar | MILENIO
