El capo de la mafia del poder –o mafia del joder, para ser precisos– en Nuevo León, Francisco Cienfuegos Martínez, ya no encuentra la puerta. Ahora se asume como perseguido político cuando, desde hace sexenios, él encabezó la persecución política dentro del PRI y después, bajo la aprobación de su consigliere Zeferino Salgado Almaguer, en el PRIAN.