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Por Francisco Tijerina Elguezabal

La mucha luz es como la mucha sombra: no deja ver. // Octavio Paz

Definitivamente algo falla cuando la justicia castiga al afectado.

Este lunes un grupo de ciudadanos cometieron el enorme pecado de participar en un accidente vial en San Pedro cuando, mientras esperaban el cambio de luz en un semáforo de Humberto Lobo, fueron impactados por un camión repartidor de cerveza que se quedó sin frenos; el saldo: 11 vehículos colisionados y 5 lesionados.

Los cambios que se han venido implementando en los nuevos sistemas de justicia lejos de resolver, emprobleman las cosas y terminan perjudicando inocentes.

¿No me cree? Entérese que todos los involucrados en este choque, el cual ocurrió a las 11:00 de la mañana, pudieron salir libres a las 2:00 de la madrugada del día siguiente, ya que se encontraban detenidos por la autoridad en el C2 de San Pedro.

Y es que ahora quien toma nota de los incidentes es un fiscal que está en el CODE, no en el mismo lugar a donde llevan a los participantes y todo se atiende de manera virtual… el problema es que te atiendan, porque si el agente del Ministerio Público no da un paso todo se detiene y no hay croquis, ni dictámenes médicos, no hay nada de nada.

Pero no es un asunto sólo de la Fiscalía, aquí también entran el Municipio y hasta la Federación, porque como rebases un milímetro los preceptos, el asunto se convierte en un margallate peor, de manera que todos se cuidan de no pisar la rayita, aunque eso implique el sufrimiento de los afectados.

Porque cualquiera pensaría que al ser víctima de un accidente, pues hombre, tengo mi seguro, el ajustador llega, se ponen de acuerdo, doy mi declaración, firmo y me largo… ya veré después el asunto del vehículo, pero no, aquí todos derechito a “chirona” mientras se deslindan responsabilidades.

Así el chofer de un taxi que fue uno de los que más lesiones presentó al tener fracturada la clavícula y con golpes en el rostro y piernas, hubo de esperar como el resto, 14 horas, a que nuestras autoridades se pusieran de acuerdo para liberarlos y eso debido a la presión que metió mi amigo el Arquitecto Héctor Benavides desde su noticiero, que si no, los habrían dejado en el tambo más de 24 horas.

Y por ahí puede estar también el nudo gordiano del Semefo, exceso de trámites, demasiados requisitos, hasta que llega el punto en que el tema se convierte en una bola de nieve imparable y ya no saben qué hacer y, como aquí, de quién carambas es la responsabilidad de que las cosas no caminen.

Todos los funcionarios deberían recordar la máxima que reza que “justicia que no es expedita deja de ser justicia”, pero también atender a la simple lógica y razón, porque es inconcebible que maltraten así a los ciudadanos cumplidos y todo por cubrirse las espaldas y no cometer pifias en los ordenamientos legales.

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// Francisco Tijerina

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Autor: stafflostubos
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