Por decreto presidencial de 1976, el cadáver del general fue exhumado y llevado al Mausoleo de la Revolución; hay dudas de si son sus restos óseos.
Las dudas sobre la autenticidad de la estructura ósea de Francisco Villa que reposan en el Monumento a la Revolución continuarán hasta que se realicen los estudios correspondientes. Tres de sus descendientes dicen a MILENIO que aprobarían la exhumación de los restos para acabar con los mitos alrededor de que todavía se encuentran en el Panteón Civil de Parral, Chihuahua, y están de acuerdo en que se realicen pruebas de ADN.
Aunque la doctora en historia Guadalupe Villa, su nieta, también se pregunta si realmente valdría la pena comprobar si los huesos son de su abuelo, pues considera que lo importante es recordar al hombre y sus contribuciones a la educación y al bienestar de la infancia; informa MILENIO.
Francisco Villa Betancourt, el nieto, sostiene que ahí descansan los restos del jefe de los Dorados, no tiene la menor duda, y estaría de acuerdo en exhumar los restos y hacerse la prueba de ADN, aunque luego duda: “No tenemos problema con que se hagan los estudios, adelante, a fin de cuentas no pretendo decir que está aquí Villa, porque yo lo digo, no tengo por qué demostrarle a la gente”.
Martín Villa, su bisnieto, va más allá y propone que todos los Villa se hagan el examen de ADN para terminar con la falacia de quienes afirman ser descendientes del general, cuando no lo son.
“Mi visión pragmática como politólogo me dicta que el general descansa en el Monumento a la Revolución; como familiar y mexicano me gusta contar que cuando el general John Pershing invadió territorio mexicano para perseguir a Villa, porque el revolucionario había invadido Columbus, mandó una carta al Congreso de su país disculpándose porque afirmaba que ‘Villa estaba en todas partes y en ninguna’. Estaríamos de acuerdo en exhumar los restos; de hecho, ya se ha hablado de exámenes de ADN”, subrayó.
La muerte del caudillo
El general Francisco Villa fue asesinado justo hace 100 años, el 20 de julio de 1923 en Parral, Chihuahua, a los 45 años, tras ser acribillado en el auto en el que viajaba, con más de 150 balazos, de los cuales 12 atravesaron su cuerpo, además del tiro de gracia. Sus descendientes: la doctora Guadalupe Villa, su nieta; el escritor y abogado Francisco Villa Betancourt, y su bisnieto, Martín Gustavo Villa, aseguran que fue un crimen de estado.
Villa Betancourt recuerda que su abuela Austreberta, quien murió en Poza Rica en 1982, le contaba que les dio de comer a las personas que estuvieron velando al general toda la noche; lo enterraron en el Panteón de Parral. Años más tarde, su sepulcro sería profanado para cortarle la cabeza.
En Parral se siguen pensando que Pancho Villa está enterrado allá; pero de acuerdo con su nieto, su abuela lo trajo en 1976 a CdMx una vez que, por decreto presidencial de 1976, el cadáver del general fue exhumado para ser llevado al Mausoleo de la Revolución.
Las lágrimas se derramaron en los rostros de los villistas que acompañaron al general de división Francisco Villa en el movimiento revolucionario cuando la tumba del Centauro del Norte en el Panteón Civil de la ciudad de Parral, en Chihuahua, fue intervenida para exhumar sus restos y trasladarlos al Monumento a la Revolución. Dicho episodio marcó para siempre a su nieta Guadalupe Villa.
Apenas tenía 22 años cuando, junto con otros familiares, autorizó la exhumación del jefe de la División del Norte, con la finalidad de que fuera reconocido como uno de los héroes del movimiento revolucionario que inició en 1910. Sin embargo, ese día, al ver el sufrimiento de los veteranos que lucharon al lado del general Pancho Villa, ella se arrepintió de su decisión.
“Al verlos tan tristes y sollozando, me conmoví muchísimo; me dolía ver a toda esa gente que iba a buscarlo y que ya no podrían ir al panteón a rendirle homenaje. Se lamentaban de que no podrían visitar al general, porque decían que eran muy pobres y era muy caro venir a la capital del país”, relata la doctora en historia.
El traslado de los restos de Pancho Villa: parte del radio, cúbito, peroné y fémur –ningún hueso completo– se depositaron en una urna de bronce; fue un evento importante que simbolizó el reconocimiento y la valoración del papel del general en la Revolución Mexicana.
La historia y los detalles específicos sobre el asesinato y los restos de Pancho Villa pueden variar según las fuentes y las investigaciones realizadas, el mito cabalga con el Centauro del Norte hasta hoy.
El historiador Friedrich Katz, su biógrafo más importante, da por sentado que fue sepultado en el mausoleo del Monumento a la Revolución.
No obstante, el escritor Paco Ignacio Taibo II, afirma que parte de la osamenta que está en la cripta de una de las columnas del monumento construido por Carlos Obregón Santacilia, no son de Villa.
¿Qué tendrían que hacer antropólogos y genetistas?
- Los antropólogos y genetistas cuentan con las herramientas para identificar los restos óseos de confirmar o rechazar que los restos son de quien dicen ser.
- La identificación se puede realizar de cualquier personaje histórico. Para ello se requiere de un trabajo multidisciplinario.
- Con estudios antropofísicos se pueden establecer todas las características particulares de los restos óseos: edad, sexo, la estatura y hasta si tuvo alguna patología, entesopatías, osteopatologías.
- Hablar de recurrir al ADN para estudiar los huesos de un personaje como Francisco Villa es viable porque se puede utilizar la información genética de sus nietos y bisnietos. Los genetistas, harían la extracción y estudio del ADN.
Imagen portada: Felipe de la Torre Villalpando | Cortesía INAH | MILENIO