Por Félix Cortés Camarillo
El anuncio, que por supuesto era muy esperado aquí, se dio como las cosas que a uno se le caen en la cocina, sin querer. El lugar y la fecha eran propicias porque ya se acerca la primera semana de septiembre, y el presidente López comienza a armar el resultado de las elecciones de 2024. Y estaba en Monterrey, territorio que tiene prosapia de botín político.
El mensaje tampoco se dio desde la ventanilla del modesto Tsuru que ya se nos olvidó, sino desde una camioneta negra muy fifí. Y no se hizo desde la mañanera, que se ocupa para las cosas triviales, difusión de datos vagos, ataques muy concretos y los pleitos de callejón, sino en las incidentales entrevistas que mis compañeros llaman el chacaleo. Breves dichos en la banqueta, a la salida o la entrada de los actos públicos, en donde la posibilidad de repregunta es difícil y deja sembrado el enigma.
Así los quesos -que diría Gil Gamés- desde su dron mediático Lopitos lanzó un misil electoral con preciso objetivo que se llama Nuevo León: mayestáticamente le otorgó a Samuel García y Luis Donaldo Colosio el derecho a participar en la pugna por la sucesión a su silla. Como si necesitasen de otra bendición que la de Dante Delgado Ranauro, franquiciatario de Movimiento Ciudadano. Dicen que es un partido político.
Preguntado sobre las probabilidades que tienen el gobernador de Nuevo León y el alcalde de Monterrey disparó de inmediato: “Ah, claro que sí, claro que sí; todos pueden. Pero el que decide es el pueblo”. La frase es un responso a lo deslizado a medios por Dante Delgado sobre las posibilidades de García y Colosio a ser postulados por MC a la presidencia de la república.
La imperial decisión que esa frase implica es el cierre de la pinza que llevará al candidato de Morena –que sin duda será la señora Sheinbaum- a la silla presidencial, ante la emergencia de Xóchitl Gálvez, cuya popularidad crece digan lo que digan las encuestas.
La única estrategia efectiva para controlar ese fenómeno, es dividir a una oposición unida a la continuidad del proyecto de Lopitos que le pondría en peligro. Y es necesario reconocerle al presidente López su calidad de estratega político.
Es evidente que en las elecciones de hoy en día, los que votamos, por convicción o adicción, no lo hacemos por los partidos, sino por las personas; para bien o para mal. La próxima elección presidencial hará que los mexicanos votemos en favor de López Obrador y quién sea su fachada o en su contra, que es en este momento Xóchitl, con probabilidades que el saldo de los comicios sea un empate técnico con todas las complicaciones que eso implica: cosa que el presidente López no pretende admitir.
Divide ut regnes, es una frase que se atribuye a Filipo de Macedonia, padre de Alejandro el Magno, y que luego se refriteó Julio César. Sin embargo, el concepto está en Sun Tzu y el arte de la guerra y muy desde luego en Maquiavelo. Si alguien duda de la efectividad de ese principio, que se asome a la historia de la gran nación india, que Gran Bretaña pudo conservar bajo su imperio hasta lo inevitable, fomentando los pleitos intestinos que transforman esa geografía en seis países rivales entre sí: India, Pakistán, Sri Lanka, Nepal, Bután y Bangladesh.
Vuelvo a la apuesta de Lopitos: cortejarnos. Cito: “Nuevo León es muy importante, tiene un pueblo bueno, trabajador, progresista; el pueblo de Nuevo León es único, es uno de los pueblos más emprendedores, gente dedicada al trabajo, y además con vocación democrática”. En mi personal manual de la demagogia, eso se llama engañar con la verdad.
Si se logra dividir el voto anti-AMLO entre los seguidores de Xóchitl Gálvez, y los votos de los nuevoleoneses ilusionados por el chovinismo de corral que Lopitos está aprovechando, además de otras migajas de la oposición, Morena será invencible sumando el voto duro que el Banco del Bienestar le deposita en su cuenta cada dos meses.
Esta campaña electoral, que no lo es, para la presidencia, fue adelantada Así se adelantó en Monterrey su resultado.
PARA LA MAÑANERA (Porque no me dejan entrar sin tapabocas): El Nuevo León que nos pintó ayer el gobernador Samuel García es de Disney: entre otras maravillas, inversiones de billones de dólares (él prefiere usar el término gringo para mil millones) tren ecológico y metro de Santa Catarina al aeropuerto Mariano Escobedo. Trabajo, salud, vivienda, educación y contento para todos. Hay un término de origen árabe y que con frecuencia usamos sin saber que quiere decir Dios lo quiera: Ojalá.
felixcortescama@gmail.com