Por Francisco Tijerina Elguezabal
Será el sereno y podrá Brenda Sánchez, la encargada de Desarrollo Urbano de Monterrey seguir mintiendo e inventando excusas y pretextos, pero hay un hecho contundente, claro y transparente, que no deja espacio a la duda: nunca, jamás, en los 63 años que tengo de vivir en Monterrey, vi ni la Alameda “Mariano Escobedo” ni tantos parques y plazas en la deplorable condición que hoy se encuentran.
Nunca antes, a ninguna Administración Municipal, se le secaron tantos árboles al punto de tener que retirarlos. Y vaya que hemos tenido sequías.
El culpar a las anteriores administraciones es un insulto a la inteligencia y una forma de la funcionaria de intentar quitarse su responsabilidad, porque no empezó ayer ni el asunto tiene unos meses, el deterioro que hoy vive ese espacio es producto de la desatención y el valemadrismo de más de un año, justo lo que tiene Sánchez en su cargo.
Cargarse decenas de árboles centenarios que existían en el lugar por descuido, desatención o valemadrismo, es un atentado que debería ser castigado; es una clara muestra de que “alguien” no hizo su trabajo.
Así que no venga ahora Brendita en plan de “rescatadora” a presumir que plantará nuevos árboles, porque los que se secaron fue por su culpa, por su culpa, por su gran culpa.
Y lo peor es que así tiene toda la ciudad, con miles de árboles muriendo. ¿Será que alguien tiene un negocio de retirar árboles secos y venderle nuevos al Municipio?