Por José Jaime Ruiz
Un poder fáctico, no los ciudadanos, domina al Congreso de Nuevo León, el encabezado por los priistas Rodrigo Medina de la Cruz, Francisco Cienfuegos y Adrián de la Garza; también por los panistas Zeferino Salgado y Raúl Gracia. Este grupo no ganó las elecciones a la gubernatura, pero siguen con su pretensión de dar un golpe de Estado en contra de la decisión de la mayoría de los votantes que eligió a Samuel Alejandro García Sepúlveda como gobernador.
Los adversarios en las redes sociales ponen como ejemplo a Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón, quien “cumplió en tiempo y forma la ley”. En realidad el Bronco cumplió en tiempo y forma el capricho del PRIAN y sus intereses mezquinos: seguir haciendo negocios con el dinero público. El Bronco, despreciando su sobrenombre, fue un pelele bajo la tutela del PRIAN.
Si, como afirma Michelangelo Bovero, el poder político detenta los medios de coacción física (Fuerza Civil), el poder de la percepción del PRIAN es implantar el miedo, es decir, la inestabilidad, sembrar la incertidumbre a través del control de los medios de persuasión, en este caso Alejandro Junco de la Vega, dueño de El Norte, y su oposición en contra de Samuel García (Junco sirve a los intereses de la oligarquía impulsando la candidatura de Xóchitl Gálvez).
En el fondo, Nuevo León vive una lucha entre la democracia representada por el voto ciudadano y la autocracia representada por los intereses particulares y económicos del PRIAN. Por tanto, la judicialización de la política será la trama inacabada de los siguientes días. Samuel propone la estabilidad con continuidad; Chefo y Paco Cienfuegos la inestabilidad delincuencial, como se vio en la toma de protesta espuria de Arturo Salinas como “gobernador interino”.
En ruta de extinción nacional y local, el PRIAN se cuelga de sus últimos aunque muy jugosos alfileres. No les interesa Nuevo León ni los nuevoleoneses, les interesa la corrupción y la impunidad, por eso se aferran al Congreso y San Nicolás, la Fiscalía, el Tribunal Superior de Justicia y la Auditoría Superior, sus últimos reductos –Cristina Díaz y Tomás Montoya en Guadalupe ya se decantaron por Morena y César Garza Villarreal, Apodaca, siempre ha tenido vida propia.
“(…) pero ha sido quizás Michel Foucault, modificando una célebre afirmación de Clausewitz, quien ha encontrado la fórmula que expresa mejor esta primera idea general de la política: la política es la continuación de la guerra por otros medios. De frente a ésta, no puedo presentar una fórmula más adecuada para expresar la otra idea de política, sino la de la primera ley natural fundamental de Hobbes: se debe buscar la paz” (M. Bovero).
Distinguir entre el mandato de la democracia frente a la intimidación de los bandidos, es lo que se juega en Nuevo León. Y, así, política de conflicto o política de composición… Samuel y el PRIAN, tercera llamada, tercera.