Por Félix Cortés Camarillo
No es ningún secreto la búsqueda de identidades entre el presidente López y el próximo presidente de los Estados Unidos –que ya lo fue– Donald Trump. Su compartida visión egocéntrica y la intolerancia a cualquier opinión disidente, les hermanan. Simultáneamente y en escala menor, el mozalbete que cobra como gobernador de Nuevo León y quiere mudarse al Palacio Nacional, quisiera parecerse a Andrés Manuel aunque no tenga los oficios necesarios.
Las burdas imágenes de los enviados por Samuel García a ingresar por la fuerza al feo edificio del Congreso estatal de Nuevo León para impedir que, como dicen que dice la Constitución del estado, los legisladores nombrasen a un gobernador interino mientras Samuelito se va a jugar el juego de la candidatura optativa a la Presidencia de la República para una vez fracasado regresar al bello Palacio de Cantera me hicieron recordar la breve toma del Capitolio de Washington por los seguidores de Donald Trump. Causa que, por cierto, no ha sido desahogada y pude llevar al pelipintado ante tribunales penales.
Samuel regresó de su primer ensayo para ser gobernador por tres días. La idea era dejar el Gobierno del Estado en manos de su segundo en el escalafón, el secretario de Gobierno Javier Navarro. Pero, ni con las hordas violentas que envió al Congreso a romper puertas y derribar curules pudo evitar que sus opositores designaran y tomaran protesta a Luis Enrique Orozco, hasta ese momento vicefiscal de la Procuraduría de Justicia del Estado o como le quieran llamar ahora.
Yo no sé cómo le van a hacer. Dicen que los regios somos unos codos. Para que se les quite lo hocicones, díganme qué estado de la república tiene al mismo tiempo tres gobernadores. El electo que anda en campaña, el designado por el legislativo, y el heredero de la corona nombrado por Samuelito para que le cuide la espalda.
Parece chiste y no lo es.
A como van las cosas, el esposo de Mariana puede mandar esta mañana a la fuerza pública a que no dejen entrar al Palacio de Gobierno al susodicho Orozco. Y si hay violencia, ya se vio en el Congreso estatal que hay tropa. Un estado de gente trabajadora y pacífica, ordenada y respetuosa de las leyes, puede verse inmerso en una reyerta de bajo nivel.
Cuando comencé a escribir estas líneas, me doy cuenta ahora, cometí un error grave: equiparar la agresión a las puertas del Congreso del Estado de Nuevo León con la toma momentánea del Capitolio en Washington por la turbamulta trumpista. Me equivoqué: lo nuestro es simplemente un ensayo de aspirantes a república bananera, protagonizado por Samuelito y su patrocinador que lo defiende a copa y espada en su conferencia mañanera.
PARA LA MAÑANERA (Porque no me dejan entrar sin tapabocas): Dice un chiste procaz mexicano, que Henry Kissinger, quien falleció centenario el miércoles, vino a pasar a su favorito y hoy difunto Acapulco su segunda luna de miel, perseguido obviamente por los que ahora se llaman paparazzi y descubrió a uno de ellos, novato, asomándose por la ventana. El reportero rapaz le espetó en su inglés elemental: Sir, are you Kissinger? El alabado diplomático le contesto: No, I´m fucking her. And get out of here!
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